22

10 1 0
                                    

tic toc…

|

Tatiana

Su mano sube lentamente por mi muslo jugando con mi paciencia que, para estos casos es muy escasa, y no despega sus ojos de los míos cosa que solo hace que caiga más y más en este océano de emociones y sensaciones únicas.

Con solo su roce caliente puedo asegurar mil veces que no puedo reemplazarlo u olvidarlo fácilmente. Quiero que dure, no quiero que se detenga. Maldita sea ¿Por qué no puedo tener el tiempo?

—¿De nuevo embelesada?

Lo contemplo desde mi posición donde, claramente, él tiene el control de la situación, y no respondo. Solo lo observo en silencio. Quiero hacerlo, quiero arriesgarme…

Me inclino hacia adelante para tratar de besarlo, pero me toma por sorpresa cuando su mano agarra mi cuello, empujándome de nuevo al espaldar de la cama y acorralándome, y acerca el rostro dejando solo milímetros para poder tocar sus labios.

—¿Te arriesgas o no? —pregunta y me cuesta procesar sus palabras ya que mis ojos no dejan de mirar su boca con solo ganas de besarlo. Hace más presión en mi cuello y el frio metal de sus anillos me atonta más—. Responde.

Se separa un poco solo para volver a clavar sus ojos en los míos y el terror me invade a la vez que una contraria surge en mi pecho y eso me asusta. Es… no tiene sentido. Quiero responder que sí, pero ¿Estoy segura? Puedo ir despacio con él ¿No? Sabe que soy un desastre ¿Y en serio lo quiere intentar? ¿Entonces por qué mierda no acepto y ya? Joder, debo hacerlo, sé que él me va a entender… o no ¿Me rechazará de la nada al conocerme mejor?

¿Papá se fue por qué? Por mi ¿No? Era demasiado molesta luego de la muerte de mamá… me parecía a ella, por eso se fue…, abuela se fue por mí también…

Niego con la cabeza y Damon me mira confuso, seguro porque cree que es mi respuesta, solo que no sabe que, de la nada, inseguridades que nunca había tenido, aparecen haciéndome cuestionar cosas, pero debo tener confianza, nada malo va a pasar. Tampoco es que sea mucha cosa ¿Verdad? ¿Se supone que debo ser atenta, cariñosa y decir buenos días? Delanie era así.

—Tomaré tu silencio como un…

—Sí —aprovechando que había aflojado el agarre en mi cuello, soy yo quien lo empuja para apartarlo y arrodillarme frente a él¸ tomándolo de la nuca para besarlo y…

El teléfono.

El bendito teléfono.

Por alguna extraña razón Damon me aleja y yo trato de acercarme, pero solo se mueve a un lado.

—Damon —lo llamo, pero niega con la cabeza mientras mi celular sigue sonando—. ¿Qué ocurre? —de nuevo voy como una idiota y esta vez sí me mira otra vez con esa mirada que me deja pendeja—. Miremos entre ambos los errores.

Sonríe y pone su mano en la curva de cuello para acercarme y…

—¡¿Podrías contestar…?! —parpadeo varias veces a lo que escucho una fuerte carcajada y me toma unos segundos darme cuenta que estaba soñando, que mi celular si está sonando y que Wilmer es quien se está riendo como loco y es otra cosa que me toma tiempo por procesar, ya que es la primera vez que lo veo así.

Trato de incorporarme, frotándome los ojos, a lo que mi tío va calmando su risa y yo lo miro confusa, mientras apago mi móvil para que deje de sonar y las últimas imágenes del sueño se mantienen en mi mente algo lejanas…

—¿Que pasa contigo? —pregunta Wilmer todavía con un poco de risa—. ¿Qué carajo soñabas?

Lo miro todavía desentendida hasta que pienso un poco más y… ¡Qué vergüenza!

Pisando los erroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora