‎‧₊˚✧[He's My Sunshine]✧˚₊‧ / SunJay

≡;- ꒰ °Capítulo Cinco꒱ [ JungWon & SungHoon ]

[🐱]

—Sunoo, ¿qué estás haciendo? —Escuché a Jay hablar a un lado de un vestidor con la cortina cerrada.

Después de haber caminado por un rato, nos habíamos metido a una tienda de ropa del centro comercial. Sunoo era el más quisquilloso con la ropa, y estaba seguro de que él en el probador era más estrés que persona. Jay había corrido un poco la cortina para mirar hacia el otro lado como si nada. Después de unos segundos, Sunoo salió con un bonito overol puesto, Jay seguía tras él y lo ayudó con acomodarle la prenda. Sunoo se veía muy tierno con el conjunto y también en la manera que Jay intentaba animarlo.

—Sí se te ve bien, me gusta como te queda —le dijo Jay a Sunoo frente a un espejo, brindándole una sonrisa, y Sunoo se mostró tímido y sonrojado por el cumplido.

Yo los había visto desde lejos, al igual que a HeeSeung y Jake que seguían molestándose uno al otro como perros y gatos, mientras yo aproveché para escabullirme entre los percheros. Mis ojos encontraron lo que estaba buscando y sonreí con malicia al ver a SungHoon distanciado del resto, en una de las secciones de ropa más alejada. Me acerqué a él sigilosamente y lo tomé por detrás del brazo, arrastrándolo conmigo hasta uno de los probadores. Lo empujé contra la pared antes de cerrar la cortina rápidamente y regresé a él para besarlo con algo de brusquedad.

—¿Ju-JungWonie? ¿Qué haces? —SungHoon susurró entre jadeos y su aliento chocaba contra mis labios.

Alejé un poco mi rostro del suyo para mirarlo, respirando agitado también y le sonreí de lado. —Jugando un poco, ¿no te gusta? —pregunté con un tono de picardia.

—Pe-Pero los chicos están afuera y podrían descubrirnos —advirtió él, y yo rodé los ojos.

—No lo harán, ni siquiera nos notarán. Pero si no está bien para ti, entonces me iré.

Diciendo eso, me distancié de él, y apenas me había dado media vuelta cuando SungHoon me agarró de la muñeca y me atrajo hacia él de nuevo. Sus largos y fuertes brazos envolvieron mi cintura con firmeza y me pegué a su pecho, apretando los labios para retener una sonrisa complacida.

—No, espera. Ahora... Ahora necesito besarte —me dijo en un murmuro y pegó sus labios a los míos.

Por un momento, mi mente quedó en blanco y solo seguí el ritmo impaciente de sus labios, mientras llevaba una mano por debajo de su camiseta y acariciaba la piel de su espalda. Su lengua se enredó con la mía y el reducido espacio que nos envolvía se llenó de pequeños sonidos placenteros, junto con la fricción de nuestros cuerpos que quemaba con cada segundo. Después, detuve el beso para deslizar mis labios a su cuello y lamí y succioné sin pudor alguno, provocando que SungHoon soltara un pequeño gemido que intentaba reprimir. Luego de esos minutos que creí que no podría controlarme, me detuve de repente y llevé un lado de mi rostro a su oído.

—Lo siento, el juego llegó a su fin —musité con una media sonrisa ladina y me alejé de él. Contemplé su rostro sonrojado y sus labios enrojecidos, una imagen que me volvía loco, pero lo había dejado en el probador con la confusión inminente. Antes de que pudiera arrepentirme, corrí fuera, asegurándome de que nadie me viera e ignoré los llamados de SungHoon.