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Trece: silencio

JeonIngmarJeongguk

La miraba mientras ella hacia cosas raras, a veces creo que es una bruja.

Suspiré.

Mi lobo está triste, quiere conocer a su loba o mismo su olor.

No sé si puede sentir mi aroma, ojalá que sí y si lo llegase a sentir espero que le guste.

Mierda, no puedo creer que este pensando esas cosas.

—solo tienes que tener sexo con ella

Mi lobo gruñó cuando lo que dijo el Alfa líder vino a nuestra mente.

Vamos a protegerla.

No le respondí.

Siempre vi que los alfas se volvían blandos cuando encontraban sus parejas, me prometí a mi mismo que nunca la contraria, no quería dejar de ser lo que soy.

Me gusta mi forma de ser, amo ser vikingo y saber que puedo morir sin problema alguno en el campo de batalla ya que nadie me esperaría en casa.

Pero... También me pone mal el saber que no tengo a nadie en casa esperando mi llegada con ansias y ver su felicidad al verme llegar vivo.

Y tener sexo salvaje como recompensa pero eso es otro sentimiento.

Me levanté de la silla y me acerco a ella, levanta su cabeza y conecta sus ojos con los míos, doy otro suspiro.

Todavía no ha comido nada, no me di cuenta de hacerle algo para comer.

—soy un asco como alfa —me regañe y ella me miró extrañada, tengo que buscar a Solar.

Es una Alfa de interrogatorios, ella podrá enseñarle nuestro idioma y saber el porqué está acá.

Me alejo de ella y me encamino a los gabinetes de la cocina para hacerle algo de comer.

RangarEngla

Nuevamente me encontraba en otra habitación.

Desorientada miró a mi al rededor y noto que todo es blanco, ninguna ventana a mi alrededor, tampoco una puerta.

¿Cómo llegué acá?

Lo único que me acuerdo antes de estar acá es un hombre gritándome.

Fruncí el ceño con dolor y tocó mi cabeza, toque mi cabello.

Lo tenía por debajo de las orejas y eso me hace picar, mire mi cuerpo y este estaba lleno de cicatrices horrendas.

Mire mis manos y tenía las uñas un poco largas y con mugre debajo de ellas, como las de mis pies...

Extrañada me levanto del suelo y me percate de que estoy desnuda, nunca me he sentido tan cómoda.

Un ruido a mis espaldas me hizo sobresaltar, me doy vuelta y encuentro a unos hombres bajando por una escalera del techo.

el amor permite al hombre volver a ser hombre JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora