10 | 𝑴𝒂𝒓𝒌

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Nos separamos después de un rato y me aleje de él hasta el otro lado de la habitación, quería estar cerca, pero podía sentir la confusión en él. Podía sentir la confusión en mi.

En un minuto estaba queriendo matarlo por solo pensar en deshacerse de nuestro hijo y al otro le estaba ofreciendo una vida juntos y un matrimonio feliz.

¡Dios! Casi podía imaginarlo y las imágenes en mi mente eran tan satisfactorias que me parecía ridículo.

El doctor entró unos minutos más tarde junto con una joven que saco sangre del brazo de Haechan y luego se fue.

—Bueno, Haechan. Te avisaré mañana cuando salgan los estudios y podremos platicar las opciones, pero por ahora puedes retirarte.

—Doctor, quiero también tener los informes y copias de los ultrasonidos. —Le dije al hombre. Él me miró con duda y luego al omega de la misma manera. Haechan asintió desganado y el doctor aceptó.

—Esta bien, señor Lee, puede dejarme sus datos en recepción y le informaremos. Ah, Haechan, respecto a los malestares puede que pasen en un par de semanas y puede tomar esto. —El doctor le mostró una hoja de receta con medicamentos escritos en ella. El Omega las tomó.

—Esto es en caso de que no lo soportes y también puede tomar esto antes de comer, así no vomitaras todo, nada de esos medicamentos causarán daño al bebé. También hay vitaminas, todo está señalado en la receta. La otra solución es que pases tiempo cerca del alfa, eso suele ser efectivo. —Dijo mirándome incómodo al final. La idea me agradó y la mirada insegura de aquel alfa hacia mi honestamente me llenaba de satisfacción.

Aunque no conozco la intención de este hombre con mi Omega, quiero que quede claro quien es su alfa aquí.

—Esta demostrado que la cercanía con el alfa disminuye los malestares en el embarazo, pero si no pueden los medicamentos son la opción. —Dijo golpeando la hojita con el dedo índice.

Yo mire a Haechan fijamente y el solo me devolvió la mirada un segundo, para luego agradecer al doctor, luego salimos juntos del consultorio.

Doyoung volvió con la recepcionista y resolvió los últimos detalles de la cita.

Yo mire a mi lado donde se encontraba Haechan.
—Ya todo está pagado, no tienes porque preocuparte. —Le digo y el me dirige una mueca.

Su cara es tierna y su piel elástica. Me pican los dedos por volver a acariciar esas mejillas suave y tal vez pellizcarla un poco, es ridículo, pero luego recuerdo el beso y ahora me pican los labios, así que miró su boca que forma un puchero carnoso y tentador.

Trago pesado y miro sus ojos.

—No tenias por qué hacerlo.— Dice incómodo. —Pero gracias. —Termina y desvía su mirada.

Suspira y yo no despegó mis ojos de cualquier gesto que realice. Me siento como un perro guardián, solo que él es mi amo y yo además quiero saltar sobre él.

Es ilógico y ridículo. Nunca he querido saltar sobre alguien, no debería querer hacerlo. Menos con alguien que fácilmente consideraría insignificante además de altanero, pero claro que no es insignificante, alguien que pueda causarme todo esto no es cualquier cosa.

¡Ja! Ni siquiera me puedo engañar a mi mismo, lo único que quiero es complacerlo, darle todo lo mío, es más ya todo es suyo, incluso si me pidiera todas mis propiedades, estaría ahora mismo camino al notario para ponerlo todo a su nombre, ¡dios!

En cambio el solo quiere alejarse, incluso si no estuviera preñado con mi hijo seguro iría tras él.

Me siento obsesionado y es humillante, pero afortunadamente nadie lo sabe más que yo, nadie puede sentirlo más que yo, así que eso me reconforta y es como una curita a mi orgullo.

El me da una mirada molesta más y luego camina para salir del lugar con prisa, yo estoy demasiado metido en mis compulsivos pensamiento sobre poseerlo, no de forma carnal, más bien en todas las formas posibles, así que tardo unos segundo en reaccionar, cuando ya va por la puerta yo trastabillo siguiéndolo porque aún no tengo su contacto y necesito asegurarme que lo veré de nuevo y que lo convenceré de conservar al cachorro, porque podre ser bastante frío, lo sé, pero ese Omega y ese bebé y están causando estragos en mi cabeza.

Ah.
Suspiró y tomó aire profundo para despejarme antes de volverme loco, luego trato de ser delicado agarrando su muñeca para detenerlo.

Estamos fuera de la clínica y volteo adentro para ver si Doyoung ya viene y seré interrumpido, incluso siento que me sentiría avergonzado como un adolescente si me ve hablando con el Omega, pero en cambio lo veo nervioso teniendo una conversación con el médico de hace un rato, así que vuelvo a mirar al Omega y de nuevo todas la emociones posibles pasan por mi cuerpo cuando nuestros ojos se encuentran.

Es un fastidio, porque es abrumador y poco claro, y yo suelo tener las cosas bajo control y muy claras.
Veo su manzana de Adán moverse con nerviosismo y las ganas de chuparla hacen presencia en mi así que las golpeó fuera y me concentro en lo que le voy a decir.

—Necesito tu número.— Digo firme porque no es una pregunta. —Dame tu número. —Corrijo y ahora se escucha como una orden y por fin siento que soy un poco yo mismo.

Estoy tratando de ignorar todos sus aromas porque me hacen saber que está igual de mal que yo y eso me pone peor, solo libero aromas que lo tranquilicen porque algo me hace querer su tranquilidad, que sea feliz y que esté en paz.

No tengo respuesta y saco mi teléfono personal para ponerlo en sus manos, el lo piensa, pero no tarda en colocar su contacto y finaliza bufando para entregar de nuevo el celular.

—Estaré en contacto, por favor contesta. —Le digo y me doy cuenta tarde que se escuchó como una súplica. Picó en el contacto para realizar una llamada y su teléfono suena.

—Agrégame. —Le digo y mi voz es plana, el solo asiente.

A tiempo Doyoung aparece y nos dice que todo está arreglado mientras nos muestra una copia impresa de los ultrasonidos, luego camina al auto y sin decir nada más me despido de Haechan para por fin caminar a mi auto y largarme de ese lugar con la esperanza de un hijo y un esposo.

¡Ja!

¿Acaban de escucharlo?
Cómo dije, ridículo.

𝗢𝗔𝗦𝗜𝗦 | ᴍᴀʀᴋʜʏᴜᴄᴋ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora