17 | 𝑴𝒂𝒓𝒌

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Me siento totalmente ridículo.

En el momento que salí del departamento de Haechan me sentí de nuevo como un perro rabioso qué necesita dar la vuelta y de nuevo saltar sobre su presa. Excepto qué mi presa es delicada y solo quiero abrazarlo y comérmelo a  besos.

No quería alejarme pero tengo que regresar a la empresa y no hay mejor manera de distraerme qué haciendo lo que mejor hago.

Como sea, tan solo el recuerdo de todo lo que paso entre nosotros me vuelve blando y me siento tan feliz como un niño con su caramelo favorito.

Incluso empiezo a sonreír como tonto cuándo recuerdo sus suaves labios al momento de  despedirnos y lo fácil que fue para el aceptar ese beso.

Eso sin duda tiene que significar algo. Ahora más que nunca tratare de mantenerlo a mi lado, incluso le daría mi vida si eso fuera necesario para que me acepte. Estoy decidido.

Puedo ver a Doyoung burlarse por el espejo retrovisor, después de que me fuera a buscar, pero borra cualquier emoción del rostro en segundos cuando le doy una mirada poco amigable. El omega carraspea y se concentra en la carretera.

Puedo ver que quiere decir algo pero se abstiene.

—¿Que? — Le digo malhumorado mientras miro a la calle por la ventana. El no dice nada por unos minutos y yo no insisto, pero luego de unos minutos por fin pregunta.

—¿Le gustó la cena a tu Omega? — Dice con discreción, no hay un doble sentido en su tono, el genuinamente está curioso por saber si lo que recomendó fue del agrado de Haechan, claramente con cena se refiere a la comida. Por otro lado yo solo puedo pensar en todo lo que hicimos durante la noche y al amanecer.

—También el desayuno. —Murmuro y Doyoung me mira de reojo, pero no dice nada porque no entiende mucho. Una sonrisa amenaza con formarse en mis labios y aclaro mi garganta borrando los recuerdos porque si continuo así voy a terminar frustrado, de peor humor y con una erección insoportable.

Suspiro y le pido a Doyoung un informe para planear como resolver lo que sea que tengo que resolver en la empresa.

Por la tarde salgo de la oficina y miro mi teléfono pensativo. Todo el día solo he querido mandarle mensajes a Haechan, pero recuerdo lo molesto qué estaba cuando lo contacte en un principio. Ahora han pasado varias horas y no creo que sea imprudente preguntar si ha comido algo, después de todo me había contado que tenia dificultades para alimentarse sin tener malestares de por medio.  No me agrada la idea que pueda desnutrirse por el embarazo y que además eso afecte el desarrollo de bebé, los dos tienen que mantenerse en un óptimo estado.

Así que sin dudarlo pregunto si ya comió con la esperanza de salir a algún lado.

Recibo una respuesta rápida y habla de como aun no ha comido y que tiene antojos de mariscos.

Pienso en algún lugar agradable para llevarlo, pero en realidad no hay otro más agradable qué su departamento después de anoche, simplemente le digo que aguarde.

Mientras devoraba con ferviente emoción su cuarta pieza de pollo la noche anterior me habló de como solo había comido frutas durante las últimas semanas. Al parecer era parte de los antojos diarios del bebé, además qué era ló único que su cuerpo no rechazaba.

Me sentí emocionado escuchándolo hablar tan confiado y siendo feliz porque por fin disfrutaba un poco de comida normal. aun más feliz fui cuando me agradeció porque mi precedencia desaparecía todos sus males.

Algo burbujeó en mi estomago y a pesar de también tener hambre en este momento estoy seguro que no solo se trataba de ello.

Doyoung se había ido a casa y yo me dedique a manejar mi propio camino. Pase por un súper mercado, mi omega necesitaba una despensa completa, había comentado algo sobre eso también, así que yo mismo me encargaría de elegir cuidadosamente los mejores productos para el.

𝗢𝗔𝗦𝗜𝗦 | ᴍᴀʀᴋʜʏᴜᴄᴋ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora