𝐒 𝐏 𝐈 𝐑 𝐀 𝐄 𝐀 [En Pausa]

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟏 |

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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟏 | 𝐌á𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐮𝐧 𝐜𝐚𝐩𝐫𝐢𝐜𝐡𝐨

El peor enemigo de la esperanza es el tiempo, cada minuto y cada segundo valen mucho más. Yoongi empeoró su estado de ánimo y ahora a cada minuto  vigilaba a Jimin sin que se diera cuenta.

No es que fuera un acosador pero desde hace tiempo no puede detener las ganas de seguir acechando al Omega, no estaba en él, aceptaba que tal vez era su naturaleza como Alfa, el solo buscar atender sus necesidades y no ver la realidad de las cosas.

Puesto que desde el primer día en que Jimin salió con uno de los Kim, Yoongi supo que su tarea como hermano terminó. Pensó en que Jimin ya no sería su pequeño hermanito, todo el cariño que le empeñó se fue por la borda.

—¿Qué es lo que tienes? ¿Por qué no puedo sacarte de mi cabeza?— el odio lo estaba consumiendo. Su reflejo posaba en aquel espejo.

Desde pequeño vivió en armonía hasta los cuatro años, su padre los había abandonado pero su madre siempre le daba todo el amor y cariño posible. Una madre que lo dió todo por su único hijo.

Pero ahora lo detestaba, Hyomin seguía sin aceptar la realidad de su hijo. No podía aceptar que tuviera gustos fatales, ella siempre creyó que su hijo crecería y un día de repente llegar y recibir la noticia de que ya estaba acompañado de una linda Omega porque para ella también era una perdida de tiempo estar con una Beta.

Todas las tardes Yoongi llega a casa y se encierra en su habitación, no se atreve a hablarle de nuevo a su madre, solo baja a la cocina cuando tiene hambre o cuando sale de casa y pasea toda la tarde en la calle.

Ahora, después de ducharse no despegaba su vista del espejo, le daba asco sentir cosas por un hombre aunque fuera Omega no le gustaba que fuera hombre, si Jimin fuera mujer todo sería distinto.

Minutos atrás necesitaba darse una ducha pero ya estaba ocupado, Jimin se estaba en el baño. Sigilosamente y sin hacer ruido sus pies lo guiaron hasta el cuarto del Omega cuando este salió del baño, quiso irse pero su cuerpo no respondía  no cuando la puerta de la habitación de Jimin quedó entre abierta y se podía ver el cuerpo semi desnudo del rubio.

Por su mente pasó la idea de entrar y encararlo pero algo más le decía que solo observara, ver la piel melocotona de Jimin, tan blanca y rosadas las rodillas juntos con sus codos. Fue inevitable ver su respingado trasero bajo la ropa interior.