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En el silencio de la mañana, envuelta en los cálidos brazos de la monotonía, (T/N) despertaba para seguir el mismo papel del día anterior

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En el silencio de la mañana, envuelta en los cálidos brazos de la monotonía, (T/N) despertaba para seguir el mismo papel del día anterior.
Su habitación, impregnada del aroma a limpieza y orden, acogía sus primeros suspiros del día. Sin embargo, nada excepcional tintineaba en el aire, pues la rutina tejía cada instante de su existencia.

Ni siquiera había comenzado a salir el sol, tan temprano como era usual, su madre se preparaba para ir al trabajo, preparando todo lo necesario para un largo día laboral.
Ayudaba a su madre a sacar el auto de la cochera y se despedía de ella con buenos deseos, un gesto más en la partitura diaria de sus quehaceres, además de cuidar a sus mascotas, cada una con sus propias necesidades y mantener la limpieza usual del hogar.

Con pasos suaves, como si temiera romper el delicado equilibrio del tiempo, en la cocina, donde los aromas de café y tostadas danzaban en perfecta armonía, compartía el desayuno con solo el sonido de los noticieros de compañía.

Era lo mismo de todos los días, los mismos canales, los rostros conocidos. Conocía con nombre y apellido a los reporteros, de algunos incluso conocía su ciudad de origen, sus rasgos de personalidad y a veces adivinaba cuando se ausentaban por vacaciones. Vivía en una relación parasocial con los periodistas, quienes reprensentaban parte de su consuelo.

Faltaban como tres horas para que sea el horario escolar, y aunque cualquiera volvería a dormir, ella no lo hacía. Después de todo, debía acostumbrarse a ese horario para que, en el futuro, cuando tenga un trabajo similar al de su madre, despertar temprano no sea tan difícil.
Ese era el tipo de vida que estaba tatuado en su sangre después de todo.

Terminó de desayunar y procedió a limpiar los utensilios usados, lavar y secar. Todo era automático, robótico, al final era lo mismo de siempre.

Cuando se dispuso a limpiar la mesa del comedor, sacudir las migajas, notó que había un vaso terminó descansando en la mesada de la cocina.
Se acercó hasta este, creyendo haber olvidado lavarlo en algún momento, pero cuando posó su mano sobre la superficie, sintió que emabana calor de este. Abrió la tapa y confirmó que el contenido era café recién hecho.

Magnet [Mikage Reo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora