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―No es sorpresa que el veneno no te haya hecho efecto, Dvalin y yo caímos dormidos y tu solamente te hiciste un humano –Venti desapareció su Lira y subió a la rama del árbol, mirándome desde ahí siguió diciendo cosas sin sentido respecto a mi condición a causa del veneno que Durin tenia

―Eso no es a lo que vine, Barbatos –Me crucé de brazos

― ¿No? Creí que estarías muy ocupado con tu nuevo amor, ayer en la Taberna se veían bien estando juntos, aun no entiendo cómo es que consigues pareja tan rápido

―Si me dejaras hablar, sería más fácil explicarte

―Soy todo, oídos, Ryuu –Le ayude a quitar su capa que quedo atorada en un pico del árbol

Abrí la boca, pero no dije nada, tampoco lograba recordarlo

―Si es lo que creo que es, el padre de Diona y su madre, esa combinación terminó en una adorable niña humana mitad gato, ¿Por qué tan tenso? –No respondí ante su interrupción ―Ryuu, estuviste solo desde el inicio de la humanidad, ahora que tienes la posibilidad de tener a alguien a tu lado, aunque sea por un corto tiempo, ve y dile –Su voz se notaba triste ―A veces yo también quisiera tener a alguien a mi lado

No respondí. Desde antes de presentarme ante Vennessa, el sentimiento de soledad crecía en mi pecho al ver que todos tenían a ese alguien, todos menos yo. Me senté en el césped, agaché mi mirada y solo lo escuché hablar. Más tarde regrese a la Biblioteca de Favonius para ver a Lisa platicando con Kaeya, los dos se mostraban demasiado concentrados en la conversación que no se dieron cuenta de mi presencia en la puerta. Toque dos veces y los logre interrumpir.

―Dijiste que tan pronto terminaras de los demás libros me dirías para venir a ayudarte a buscar los extraviados, Lisa

Si, eso dije, ya están casi todos, solo falta uno y es ahí donde necesito tu ayuda, pero Kaeya vino y bueno, supongo se me fue la noción del tiempo

¿De qué están platicando? –Me recargué sobre el marco de la puerta

―De lo encantador que eres, Ryuu y de lo mucho que has cambiado a mi parecer –Kaeya se burló ―Quiero decir, de cómo venciste a ese Guardian de las Ruinas sin necesidad de una visión y con un arma que ya se ve algo... desgastada

Antes de que yo pudiese decir algo, Lisa me interrumpió

Tú y Kaeya deberían ayúdame a buscar este último libro, tengo muchos libreros por limpiar y tan poco tiempo

―Está bien –Kaeya tomo mi mano y me sacó de ese lugar. ―Lisa encontró al ladrón escondiéndose en unas ruinas que no están muy lejos de aquí, pero advirtió que la entrada estaba escondida bajo una gran roca cerca de las colinas. 

❝THE NORTH DRAGON❞ -Kaeya AlberichDonde viven las historias. Descúbrelo ahora