4- Un amor eterno?

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Aquino esperaba con algo de impaciencia al caza recompensas, Duxo se encontraba caminando hacia el hogar del capo italiano, la conexión entre Aquino y Duxo permanecía inquebrantable, ambos parecen sentir un afecto mutuo.

Se oyó un golpe en la puerta, Aquino fue rápidamente a abrir viendo a Duxo en la puerta.

"Buen día Duxin, pensé q llegarías más tarde wbn xd" Aquino se encontraba algo despeinado y con la voz un poco ronca.

"Hola Aquino, no te preocupes" Sonrió levemente, ver al capo de esa forma le daba algo de risa, y ambos entraron a la casa, Duxo parecía estar serio, como siempre, Aquino hacía bromas de vez en cuando, sacándole algunas risas momentáneas a Duxo, este parecía ser más relajado y risueño en compañía del otro.

"¿Quieres comer algo? Todavía no he desayunado- desperté hace poco" Duxo al escuchar eso y ser literalmente las 10:57 am se rió de lo tarde q se había levantado y ayudó a hacer el desayuno.

Entre risas y jugueteos Duxo y Aquino estaban haciendo un desayuno ligero, no les tomo demasiado tiempo. Ambos comieron, y aunque el azabache ya lo había hecho, le gustaba la compañía del otro y no es que haya desayunado tanto.

Mientras comían aveces se notaban miradas fijas. Las sombras danzaban en sus ojos, revelando la complejidad de emociones que ambos compartían, un momento mágico para los dos.

Ese instante terminó, Duxo y Aquino pensaron en salir un rato a pasear o visitar algún lugar de ambiente tranquilo.

........-

Los amigos hablaban mientras iban caminando, entre sus conversaciones surgió aquel tema entre los callejones, al parecer incluso esos temas los perseguían ahí, pero esta vez- no hablarían exactamente de sus planes.

Aquino dijo con un tono tranquilo y voz algo suave "Duxo, enfrentamos la traición juntos. Pero, creo también enfrentamos algo más fuerte nuestra conexión, ya sabes.. nuestra complicidad en medio de este caos."

Duxo, con una expresión seria, asintió. "Nunca pensé que encontraría un amigo en un lugar como ese. Pero tú y yo, Aquino, somos más que simples peones de esta partida."

La conversación dio paso a un silencio cargado de tensiones no dichas, llegaron a un parque sin mucha gente y se sentaron en unos bancos a comer algo que compraron mientras iban en camino. Aquino rompió la quietud al acercarse lentamente a Duxo, su mirada buscando respuestas en la oscuridad de los ojos del cazador de recompensas, sus ojos le encantaban completamente, el color morado de estos era tan hipnotizante para el castaño.

Aquino rompió aquel silencio "Los enemigos que nos rodean no son solo amenazas, también son testigos de nuestra historia, ¿no lo crees así, Duxo? Una historia que va más allá de las traiciones y los peligros."

Duxo, sintiendo la intensidad del momento, respondió con seriedad: "Aquino, sé que hay límites y secretos que aún no hemos explorado. Con todo eso, gracioso que estemos aquí, compartiendo momentos únicos para los dos."

Los dos hombres estaban tan cerca que sus respiraciones se entrelazaban. Aquino llevó una mano al rostro de Duxo, trazando con su pulgar las cicatrices que contaban historias de batallas pasadas.

Aquino: "Tus cicatrices son parte de tu historia, de lo que eres. Y aún así, veo más allá de ellas. Veo a alguien que ha enfrentado la oscuridad y ha emergido más fuerte."

Duxo, en un gesto de complicidad, tomó la mano de Aquino y la llevó a sus labios, depositando un suave beso en sus nudillos. La conexión entre ellos se intensificaba, marcada por un entendimiento más allá de las palabras.

Duxo: "Y tú, Aquino, eres más que el capo temido por las calles de Nápoles. Sinceramente, hay una humanidad en ti que pocos conocen. Y es esa humanidad la que me atrae."

Aquino sonrió, una sonrisa que llevaba consigo la carga de experiencias pasadas. Sus miradas se encontraron en un entendimiento profundo, la barrera entre ellos se desvaneció.

Aquino: "Somos dos almas errantes, Duxo, buscando un refugio en medio de la oscuridad. Y tal vez, entre nosotros, encontremos ese refugio."

Duxo asintió, sus ojos reflejando la complicidad compartida. Se transformaron en cómplices silenciosos de un vínculo que desafiaba las convenciones de la época.

El capo italiano y el cazador de recompensas se encontraron en un abrazo apasionado, marcando el inicio de una nueva etapa en su historia. En ese momento íntimo, el mundo exterior desapareció, y solo existían ellos, entre sombras y verdades, explorando el terreno desconocido de un amor clandestino.

Alianza de Sombras: Duxino clásicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora