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Los protagonistas se encontraban inmersos en un torbellino de intriga y peligro. Aquino, Duxo, y sus aliados se veían enfrentados a desafíos cada vez mayores, pero tenían algunos momentos donde podían olvidar toda la mierda que los rodeaba.

Una noche, después de una reunión tensa en la oficina de Aquino, los protagonistas se encontraron en un bar clandestino, buscando un respiro de la tormenta que se cernía sobre ellos. En medio de la penumbra, Aquino y Duxo compartieron un momento de tranquilidad, sus miradas hablando un lenguaje silencioso de entendimiento mutuo.

Aquino, con una sonrisa irónica, levantó su copa en un gesto de camaradería. "Por nosotros, muchachos. Por enfrentar juntos los desafíos que nos depara este mundo oscuro."

Todos asintieron, y Duxo, su expresión seria suavizándose por un momento.

Entre tragos de licor y risas fugaces, los protagonistas compartieron historias de su pasado, revelando fragmentos de sí mismos que habían mantenido ocultos en las sombras. Todos dijieron algo diferente, Aquino habló de sus días como un joven ambicioso, luchando por abrirse paso en el mundo criminal de Nápoles, mientras Duxo compartía relatos de sus aventuras como un cazador de recompensas solitario, siempre en busca de su próxima presa.

La noche avanzaba, Duxo y Aquino fueron juntos a dar vueltas por diferentes lugares, entre risas y confidencias, los dos hombres descubrieron que, en medio de la tormenta, habían encontrado un refugio en los brazos del otro.

Duxo parecia haberse enamorado de aquel ojimiel, aunque siempre se preguntaba si eso estaba bien, después de todo el solo esta siendo utilizado a cambio de dinero para conseguir información y ser un "as bajo la manga".

Sin embargo, Aquino lo confundía, solía ser diferente con él, mientras q parecía un hombre duro y recto con cualquier persona, aquel idiota no disimulaba el trato suave y cálido, y aunque en el fondo Duxo sabía q esto terminaría pronto, tenia sentimientos que ya no podia ignorar.

Mientras tanto, Mictia observaba desde las sombras, sus ojos brillando con malicia. Había visto suficiente para saber que los lazos entre Aquino y Duxo eran más fuertes de lo que parecían, y estaba decidida a utilizar esa información en su beneficio.

En los días que siguieron, Aquino y Duxo continuaron enfrentando los desafíos que se interponían en su camino, pero ahora lo hacían con una confianza renovada en el otro. Cada mirada compartida, cada gesto de apoyo, solo servía para fortalecer el vínculo que los unía, hasta parecía que se convertiría en algo más profundo que la simple camaradería.

A medida que el amor florecía entre Aquino y Duxo, las sombras de la traición y la intriga se cerraban en torno a ellos. Mientras tanto, Mictia tejía su red de engaños con habilidad, aprovechándose de las debilidades de aquellos a su alrededor.

Una noche, en la oficina de Aquino, los protagonistas se reunieron para discutir sus próximos movimientos. La tensión en el aire era palpable, pero entre Aquino y Duxo, un vínculo de confianza y complicidad se mantenía firme.

Aquino, con su habitual serenidad, habló en voz baja: "La situación se vuelve más peligrosa con cada día que pasa. Mictia sigue tejiendo sus intrigas, y no podemos permitir que nos atrapen en su red."

Duxo asintió, su mirada firme y decidida. "Estoy de acuerdo, Aquino. Pero no podemos subestimar a nuestros enemigos. Mictia es más astuta de lo que parece."

En ese momento, la puerta se abrió de golpe, revelando la figura de Mictia, su sonrisa enigmática deslizándose por su rostro.

Mictia: "Aquino, Duxo. Siempre es un placer verlos en acción. Me pregunto qué planes tienen esta vez."

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⏰ Última actualización: Apr 21 ⏰

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Alianza de Sombras: Duxino clásicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora