Ursa Major [OS Honkai Star Rail]

[6] Argenti

Advertencia: Spoilers de la historia con Argenti, modificación del canon

Te pusiste en alerta ante el ligero temblor por el que pasó el Expreso, poniéndote en pie confundida, seguida de Caelus y Marzo, mirándoos entre vosotros en busca de una respuesta antes de ir hacia Pom-Pom, saber si estabais bajo ataque o si solo había sido, por inusual que os pudiera parecer, un simple error de navegación mientras ibais a Lavatopia, pasando por alguna fluctuación extraña.

—Hmm— tus ojos se posaron en Pom-Pom—. Hay algo raro aquí. Y elegí una ruta...

—¿Qué ha pasado?— preguntó Caelus.

—Parece que nos desviamos de la ruta— dijo extrañado—. Que extraño. Mi navegación siempre es exacta— te removiste ligeramente, algo incómoda. Había algo que no te daba daba un buen presentimiento—. No creo... ¡Lo mejor será mantenernos atentos! Puede que estemos cerca de un campo magnético que esté interfiriendo con el sistema de Navegación del Expreso.

—¿Debería ir a revisar que pasa en la Sala de Control?— preguntaste, recibiendo un asentimiento de su parte.

—Será lo mejor para...

No terminó de hablar cuando el Expreso sufrió un violento temblor que sacudió todos los vagones antes de tan si quiera poder ir a revisar que estaba pasando, desestabilizándoos, haciéndoos tropezar.

Apoyando firmemente una mano en la mesa en un intento de no caer, algo que no sirvió realmente de mucho, pues Caelus tropezó y cayó sobre ti, tirándote al suelo sin darte tiempo suficiente a poner las manos como apoyo, golpeando tu cabeza con el suelo.

Un quejido de dolor escapando de entre tus labios, sentándote lentamente en el suelo, ayudada por Caelus el cual no tardó en disculparse. Pero tu visión comenzó a ponerse borrosa, parpadeando un par de veces antes de que acabara por oscurecerse por completo, siendo a Dan Heng y Marzo corriendo hacia ti preocupados lo último que lograste ver antes de perder por completo la consciencia.

Te sentaste lentamente en tu cama, sosteniendo tu cabeza con una mano y una mueca de dolor dibujada en tu rostro, sintiendo un ligero dolor punzante en tu nuca por tus bruscos movimientos, el cual no tardó en desaparecer junto a tu aturdimiento inicial al percatarte que te encontrabas en tu habitación.