Viaje etéreo

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Sentía el cuerpo encallado

en el trance melancólico,

dentro había un vacío perenne

mi aliento comenzó a diluirse

y mis sentimientos dejaron de hablar

con ellos me quise desplomar.

Escalo el frió en mí,

pensando que se trataba

de sus manos, intente tocarlas

pero encontré las caricias

efímeras del viento solitario.

Fue así como encontré el remedio

para librarme de aquellas

condiciones, y tratar de encontrarte

para padecer en tu pecho,

dormir eternos en el árbol

más lejano de un sendero.

Sé de la verdad y es que deambulo

me guían tus murmullos

por el bosque en el que nos

perdimos tratando de emular

a los relámpagos, y de esa forma

saciarnos el uno al otro

de tempestades dadas por el luto.

He tratado zurcir las yagas

pero me extravió

en constantes delirios,

en pergamino se convirtió

tu anatomía y pensar que con el

pienso recobrar  tu forma diluida.

Mirare todas las madrugadas

el firmamento, esperando

que la luna me describa

el rostro de quien la ve

intensamente desde un lugar

etéreo como igual es

esta travesía buscándote

por lo recóndito de mi mente.

ParanoiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora