Sentía el cuerpo encallado
en el trance melancólico,
dentro había un vacío perenne
mi aliento comenzó a diluirse
y mis sentimientos dejaron de hablar
con ellos me quise desplomar.
Escalo el frió en mí,
pensando que se trataba
de sus manos, intente tocarlas
pero encontré las caricias
efímeras del viento solitario.
Fue así como encontré el remedio
para librarme de aquellas
condiciones, y tratar de encontrarte
para padecer en tu pecho,
dormir eternos en el árbol
más lejano de un sendero.
Sé de la verdad y es que deambulo
me guían tus murmullos
por el bosque en el que nos
perdimos tratando de emular
a los relámpagos, y de esa forma
saciarnos el uno al otro
de tempestades dadas por el luto.
He tratado zurcir las yagas
pero me extravió
en constantes delirios,
en pergamino se convirtió
tu anatomía y pensar que con el
pienso recobrar tu forma diluida.
Mirare todas las madrugadas
el firmamento, esperando
que la luna me describa
el rostro de quien la ve
intensamente desde un lugar
etéreo como igual es
esta travesía buscándote
por lo recóndito de mi mente.
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Paranoia
PuisiCuando dos almas colisionan se forman portales, por donde el odio y sus demonios cruzan, provocando una fractura y es así como las grietas emergen de sus cuerpos vivos que causan las yagas del sufrimiento por el resto de sus vidas, y la única cura e...