05. Realmente era él.

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Domingo, el día más aburrido de la semana, aunque no era el peor.

Todos los fines de semana me preguntaba qué hacer, y terminaba haciendo lo de siempre, comprar fideos instantáneos y ver la televisión, pero hoy no quería hacer eso.

Quería leer.

Sí, leer.

¿.. O sea...? Librería Prince.

No iría corriendo, tampoco llamaría al chofer por tal estupidez, simplemente caminaría.

Ansiaba el hecho de leer algo romántico y emocionante, específicamente en letras, nunca fue de gustarle los cómics.

En un poco menos de media hora, estuvo allí. Era tan simple de afuera que le intrigaba entrar, parecía una pequeña cabaña acogedora en la que podías pasar toda la noche leyendo.

Empujé la puerta de vidrio y el cascabel en esta sonó.

No había nadie en el mostrador, así que avancé directamente.

Fui mirando las paredes, decoraciones y libros, entré al área de romance y tomé el primer lomo que me llamó la atención.

Luego me dirigí al área de terror, ya que era el único lugar donde había un sofá.

Caminé con la vista en la portada del libro y no noté que allí había un escalón.

Tropecé y caí de rodillas, por el dolor me di la vuelta y quedé sentada.

—Estaba por la mejor parte, ¿Sabes? Me cortaste el suspenso.— habló una voz detrás mío.

Volteé disculpándome, y al alzar la vista, ambos nos miramos extrañados.

—¿Qué haces aquí a esta hora?— le pregunté.

—¿Y tú qué haces aquí?— acortó mi pregunta.

—Vine de compras.— respondí sonriendo falsamente, con sarcasmo.

Él suspiró y volvió la mirada a su cómic.

Caminé hacia el sofá y me senté allí, abriendo el libro.

No me molestaba su presencia, y supuse que a él no le molestaba la mía, así que me limité a leer.

Apoyé mi codo en el apoya brazos, consecuentemente, apoyé mi cabeza en la palma de mi mano.

Cinco minutos después sostuve mi sien con mis dedos, luego, en mi brazo.

Mierda, estaba aburrida, muy aburrida.

Suspiré y cerré el libro, me levanté para ir a buscar otro, ya que este me aburrió pero no había nada americano.

Estaba acostumbrada a leer novelas en inglés por mi padre.

Al no encontrar nada, seguí caminando y fui a la zona de terror, pero tampoco había nada que me llamara la atención.

Suspiré una vez más y tomé uno cualquiera.

Inflé mis mejillas con aire y pasé las páginas del cómic con el pulgar, sin siquiera mirar mucho el contenido.

Quise voltear para ver si había algo del otro lado, pero me asusté antes de poder hacerlo.

—Maldición, Soo-ho..— dije poniéndome la mano en el pecho.

—Eres muy ruidosa.— dijo él.

—Sí, me lo dicen a menudo.— respondí intentando poner el cómic de donde lo había sacado.

Suspiré y volteé para buscar el banquito para subirme, pero tenía el cuerpo de él frente a mí, y muy cerca.

Me quitó el cómic de la mano y lo dejó donde iba.

PROMISES AND DEBTS - EWFSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora