Pequeño Secreto || Dahmo

Feliz Cumpleaños

(Esto pasó años antes que Momo y Dahyun se casaran; es decir, semanas después que se reconciliaron en "Te Quiero").

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—¿Cuánto falta? —preguntó Momo.

—Cuatro minutos —agarró su mano—. Tranquila, linda.

—Es que... es el primer cumpleaños que pasará conmigo después de... todo.

—¡Ey! No pienses en eso. Ahora finalmente Felix está a salvo, está contigo y... bueno, también conmigo. Soy la mejor compañía que pueden tener.

—Oh, claro que sí —se dieron un tierno beso.

Esperaron un rato hasta que había llegado la hora. Se dirigieron al cuarto de su hijo y empezaron a cantarle la canción de cumpleaños.

—Feliz cumpleaños, mi vida —dijo Momo y le dio un beso en la mejilla.

—Gracias, mamá —sonrió.

—Feliz cumpleaños, mi amor —Dahyun le dio un tierno beso en la frente—. Te quiero.

—Gracias, mami —sonrió nuevamente—. También te quiero.

Dahyun sonrió igualmente y lo abrazó mientras Momo sonreía tiernamente al ver la escena.

—Oh, lo había olvidado —recordó Dahyun—. Te tengo un regalo, deja lo traigo.

—¡¿En serio!? —preguntó emocionado.

—Sipi —rio—. Ya vuelvo.

—Te acompaño —dijo Momo—. También traeré el mío.

Ambas salieron de la habitación del pequeño y fueron a recoger sus respectivos regalos.

—No te hubieras molestado, Dubu...

—¿De qué hablas? Obviamente tengo que darle algo, él ahora también es como mi hijo —se quedó callada por un momento—. Wow... nunca pensé que esto pasaría... pero se siente tan lindo —sonrió—. Te amo, Hirai.

—Y yo a ti, Kim —le dio un tierno beso—. Ahora vamos, tenemos que entregarle los regalos a nuestro pequeño.

—Vamos —sonrió entusiasmada.

Volvieron a la habitación de Felix y lo encontraron jugando con unos carritos de juguete.

—Ten, mi amor —dijo Momo y le entregó el regalo.

—¡Gracias, mamá! —le dio un abrazo y abrió el regalo—. ¡Es el muñeco que quería! !Gracias! —la abrazó nuevamente—. Ahora solo me falta uno para completar la colección.

—Bueno, ahora abre el mío —Dahyun le entregó el regalo y él lo abrió—. Espero te guste.

—¡AHHH! —gritó—. ¡Era el que me faltaba! ¡Ahora sí tengo la colección completa! ¡Gracias! ¡Son las mejores! —les dio un abrazo, el cual ambas correspondieron.

Los tres estuvieron jugando un rato con los nuevos juguetes del pequeño hasta que se quedó dormido. Después de acostarlo, ambas salieron de la habitación.

—¿Cómo sabías que ese muñeco le faltaba? —preguntó Momo curiosa.

—Recordé que me dijo que le gustaban los de esa colección, pero no me dijo cuál exactamente —contó—. Cuando fui a la tienda iba a comprar el que le regalaste, pero me gustó más el otro. Su pelo rubio me llamó la atención.

—Eres una loca —rieron.

—¿Qué hora es? —cambió de tema.

—Las... 12:47.