En esta historia a pesar de que se mencionan la castas de alfas, betas y omegas, no es omegaverse. Al menos, no, como acostumbran a escribir.
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Jimin se estremeció ante el inminente frío de la noche, se regañó asimismo por ser tan descuidado y haber olvidado su chaqueta esa mañana; tal vez si fuera más ordenado y precavido el viento no le estaría calando hasta los huesos.
Sentía su cuerpo helado, el viento le revoloteaba las hebras, volviendo su cabello rubio una maraña revuelta. La calle era poco transitada por lo cual no existía ninguna alma que deambulara por el lugar, su mente se puso alerta ante otro extraño rugido proviniente de la oscuridad.
Un escalofrío le recorrió la columna vertebral cuando un ruido estrépito retumbó entre los árboles espesos del enorme bosque. Su corazón se agitó y de los nervios tropezó en sus propios talones.
Ojalá su camioneta no se hubiera arruinado. De seguro no tendría que caminar en una oscura y silenciosa calle a medianoche. Ojalá hubiera sido millonario y hubiera podido pagar el taller lo antes posible.
Los poros de la piel se le erizaron de nuevo.
Su alma voló cuando sus ojos se vieron reflejados entre dos faros en la oscuridad y su sombra pinto la calle, aquellas luces se incorporaban demasiada rápido por lo que dedujo que se trataba de un auto.
Su corazón volvió a la normalidad.
Exactamente lo era. Un McLaren negro su pintura era la sombra en la oscuridad, lo único que resaltaba eran sus hermosos faros de oro puro que segaban sus orbes verde olivo.
El bosque rugió de nuevo, Jimin se erizó abrazándose asimismo, quizás eran osos o algún animal salvaje brotando de la oscuridad para dar caza a su suculenta cena. El auto se detuvo a unos cuantos centímetros y el sonido del vidrio siendo bajado le provocó un respingo.
Jimin se detuvo, su cerebro alerta y el corazón en puño.
— Caminar a estas altas horas de la noche en un pueblo abandonado pinta como un suicidio ¿No crees? —La voz profunda del hombre le hizo estremecer helado. Jimin lo observó, su brazo estaba completamente pinchado, tenía un piercing en la oreja izquierda y otro tratuaje por el cuello.
Una bandera roja le alarmó que algo no iba bien con el tipo, o quizás solo era su instinto gritándole que avanzará.
Pero aunque intentará escapar del hermoso hombre que le miraba de esa forma tan desquiciada, no podía, el estaba a pié y el sujeto en auto.
Terminando su escrutinio sus ojos verdes se posaron sobre los amarillos del hombre, al parecer era gemelo de su auto. Negro y amarillo.
— Vivó cerca — Se limitó a responder educadamente, a lo que el hombre asintió, el brazo tatuado se agarró al volante.
— ¿Quieres un ride? — Se ofreció, no habían segundas pero eso Jimin no lo sabía. — Vives cerca después de todo.
"Su abuela le decía que confiar en los extraños no era bueno" Y en medio de la noche era más descabellado aún.
Negó.
—Gracias.
El pelirrubio continuó su camino, ignorando a Jeon que se quedó con la vista pegada a su espalda. Vaya el tipo al parecer tenía pensamientos suicidas.
Lo intento de nuevo.
— ¿Estás seguro? — su auto avanzó un poco para alcanzarlo — Este lugar tiene mala vibra ahora mismo.
Los ojos amarillos se posaron en la luna llena que resplandecía vigorosamente entre la oscuridad. Luna de sangre.
— Sí, Gracias — repitió en monólogo.
Jeon dió por sentado sus palabras, subió el vidrio y avanzo dejando atrás al guapo pelirrubio de pensamiento suicidas, el motor de su auto zarpó contra el asfalto y Jimin lo perdió de vista.
Más tarde Jimin lamentaría no haber aceptado ese aventón, más tarde Jimin suplicó ser escuchado por alguna deida entre la noche. Más tarde Jungkook se encontraba salvándole la vida por primera vez al humano quisquilloso.
Jeon agradeció que sus sentidos fueran sobre humanos, o sino jamás hubiese escuchado las plegarias del humano.
![Entre Dos Mundos [Kookmin]](https://img.wattpad.com/cover/360468381-64-k245340.jpg)