capítulo 2

625 87 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La situación había dejado de ser terrorífica y pasó hacer vergonzosa, sobretodo porque sentía que de alguna manera existía una energía radioactiva entre ambos. Jimin aún no superaba el shock inicial.

Más sin embargo existía un hilo invisible que tiraba entre ambos como un imán.

Y que su salvador estuviera sin camisa mostrando todo su torso desnudo no ayudaba mucho con el calor que emanaba en las entrañas del humano, Jimin sintió la extraña necesidad de querer frotar sus manos contra los pectorales desnudos del hombre misterioso. Él quería eso y quizás bajar su mano mientras le acariciaba el pecho desnudo...

Para su desafortuna Jeon podía oler en el deseo creciente en él. Trataba de contenerse y no dejarse dominar por sus instintos.

— ¿Cómo te llamas? —Quizó saber el más bajo. Jungkook le miró le soslayó y luego continuó preparándose un café —Ya que vamos hacer una tregua creo que es conveniente que ambos sepamos nuestros nombres.

Jungkook resopló, no existía un ser humano sobre la tierra que lo supiera. Su racionalidad le decía que no debía decirlo; pero cuando sus labios se separaron no evitó poder decir la verdad.

—Jungkook- Jeon — dijo, revolvió unas cuantas veces más su café, revolviendo la azúcar que anteriormente le había echado — ¿Y el tuyo?

Por qué su voz tenía que ser tan malditamente seductora.

Tratando de ocultar su sonrojo Jimin pasó de largo, yendo directamente hacía la estufa donde puso un poco de agua a calentar. Había algo en este hombre que le ponía mal, muy mal.

—Park Jimin —era curioso que aunque se conocían de más antes ninguno sabía el nombre del otro —Solo dime Jimin.

Se envolvió con sus brazos y observó como Jungkook bebía su café y se quedó prendado de la forma tan verosímil de como su manzana de adán se movía con cada trago.... sus ojos siguieron la línea pecaminosa hasta su ombligo y Dios, como deseaba poder continuar mirando más abajo.

Joder, el lobo interior de Jeon quería abalanzarse sobre Jimin cada que olía su descarado deseo.

Dejando la taza sobre la encimera Jeon se preguntó que tan lejos podían llegar esa noche, estaba claro que Jimin le deseaba, él podía hacer eso, tomarlo, hacerlo llegar allí, después de todo su lobo está muy contento de verlo de nuevo.

—Jimin...— la decadencia en su dialecto provocó cierto placer en el ser humano tanto como en Jungkook.

La polla de Jeon palpo entre las capaz de tela que le cubrían, su cuerpo se tenso por completo y pequeñas garras surgieron contra la encimera, marcando pequeños rasguños.

—¿Si? —aspiró y le dió la espalda para así poder echarle un ojo al agua que al parecer ya estaba calentado —¿Puedes oler eso? —preguntó con extrañeza olfateando el aire. Había un fuerte aroma prendado en el ambiente, su cuerpo quedó paralizado cuando sintió una mano helada escabullirse debajo de su camisa negra, junto con la cercanía del cuerpo contrario—¿Qué ha-ces? —pronunció estropeado.

Entre Dos Mundos [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora