the school of extraordinary lovers| l.s

Chapter 2

Louis entra en la oficina de Jude a tiempo y tan silencioso como un ratón, lo último no es tan difícil para él. Los Sangre Pura respiran y tienen latidos cardíacos, pero pueden detener ambos a voluntad si, por alguna razón, lo necesitan. Pueden aparecer fríos como los muertos, o no, en un instante. Son una raza extraña, desafiando toda comprensión de la vida y la muerte. Incluso los vampiros promedio quedan perplejos ante ellos. Y celosos de ellos. Todos, si son honestos, sienten un poco de envidia hacia los Sangre Pura.

Nacen en este mundo llorando como cualquier otro ser, humano o de otro tipo, y crecen y envejecen hasta alrededor de los treinta años, cuando simplemente dejan de envejecer. Cementado en su mejor momento para toda la eternidad.

Y nada de esto impide su capacidad para reproducirse. (El padre de Louis, por ejemplo, tiene al menos veinte hijos, aunque Louis es el mayor).

Tienen todas las delicias de la mortalidad, pero nunca tienen que morir.

¿Quién no envidiaría eso? Harry, por más de una razón, también es envidioso.

Louis se hunde en el asiento que ocupó hace tres días. Mira el escritorio de Jude y luego la puerta. "¿Dónde están todos los demás?" finalmente pregunta. No está mirando a Harry, pero como son los únicos en la habitación, Harry asume que la pregunta es para él.

"No tengo ni idea", dice Harry. Recibió un correo electrónico la noche anterior de Jude pidiéndole que viniera a la mañana siguiente. "Reunión improvisada", se tituló y se envió a "destinatarios no revelados", lo que llevó a Harry a asumir que Jude envió el mensaje a toda la clase.

La puerta se abre y Jude entra en la habitación. "Oh, genial. Todos estamos aquí".

Harry asumió que estaba equivocado. Él y Louis lo ven acercarse a su escritorio como si una persona pudiera ver a un animal extranjero. Uno debe preguntarse a sí mismo: "¿Es amigable con los animales?" ¿El animal se alimenta de carne humana?

Jude baja sus cosas y se vuelve para enfrentarlas. "Siento decirles esto, pero gracias por venir. He tenido mucha curiosidad por ustedes dos desde antes de que comenzara el trimestre", dice. "Estuve allí en la Competencia Internacional de Sandoli, así que los he visto actuar juntos".

Habla de forma rápida y directa, sin tener en cuenta el hecho de que ha pronunciado una palabra prohibida. Louis se sienta más recto, listo para atacar o defenderse. Harry se encorva en su asiento, deseando que pudiera desaparecer.

"Ustedes dos son algunos de los mejores que he visto, si no los mejores", continúa Jude. "Y he trabajado con mucha gente. Particularmente como dúo, no tienen parangón".

Harry intenta mantener contacto visual con el profesor. No quiere que él se dé cuenta, o quizás no quiere que Louis sepa: cuánto ha avanzado tan poco, cuán mal se ha recuperado. "Sin igual" no es cómo se describiría a sí mismo en ese entonces. Recuerda que sus palmas sudaban tanto que en cualquier momento sabía que dejaría caer su instrumento. Recuerda el error que cometió al final. En las últimas cinco notas. Como un aliento moribundo mal entonado.

"Para dos niños tan jóvenes. Diez años, y tan seguros y decididos", dice Jude. "Y Harry, por supuesto, lamenté mucho escuchar sobre la terrible tragedia que siguió al evento..."

"Lo siento, profesor", interrumpe Louis. "¿A dónde vas exactamente con esto?"

Jude levanta las cejas. "Oh, claro, bueno, el Nocturno n.o 20 de Chopin en do sostenido menor. Me encantaría que lo interpretaran de nuevo en nuestro recital este trimestre. Juntos, por supuesto".

"No hemos trabajado juntos en años", encuentra en sí mismo la capacidad de decir Harry.

Jude se encoge de hombros. "No parece un problema. ¿Qué tal si evaluamos sus habilidades ahora mismo?"