Por lo general, sus "estudios" estaban a cargo de los guardias de más alto rango, quienes se encargaban de enseñarle todo lo necesario.
Desde que era pequeño había visto a prácticamente los mismos guardias enseñarle desde lectura hasta historia, esto ya que eran de los pocos que sabían leer, escribir y contaban con conocimientos matemáticos básicos.
Y obviamente su padre no iba a desperdiciar su tiempo enseñándole o buscando tutores que le enseñasen.
Lo malo de eso último es que Imperio Ruso no controlaba lo que a su hijo se le enseñaba.
—Muy bien, sujétala bien para que no te lastime el rebote —le dijo capitán de oficiales.
Mejor conocido por URSS como Sasha.
El menor, de ahora casi once años, sujetaba con fuerza y ambas manos un revolver Webley que Sasha le había prestado. Apuntó hacia la manzana que estaba a unos diez metros de distancia, sobre un tronco, respiró y disparó, tratando de mantener su cuerpo quieto cuando el arma hizo el retroceso por el disparo.
Bajó el arma y, para su descontento, la bala había impactado en el árbol tras la manzana y no en la fruta.
Gruñó con frustración, apretando la mano derecha sobre el mango del arma, tuvo que cerrar un poco los ojos al sentir dolor. Casi no podía nada de fuerza con todo el brazo izquierdo, eso incluía apretar el puño.
—Bueno, no estuvo tan mal, está vez está más cerca de la manzana.
—Apesto...
—Te lo tienes que tomar con calma, tu brazo aún está sanando y por ende aún no puedes mantener la puntería, pero ya controlas el no sufrir un culatazo.
—Wow, que consuelo.
—¿Eso fue sarcasmo?
URSS solo suspiró, comenzando a caminar para ir por la manzana, estaba por tomarla cuando un disparo la destrozó, haciendo que terminara con trozos de la fruta en su abrigo y cara.
—¡Sasha! —reclamó el eslavo, mirando al hombre.
—Vamos mejorando, ya no reaccionas con pánico a esto —el guardia guardó su propia arma en su abrigo, haciéndole un gesto al eslavo para que volviera.
Ya era hora de regresar a casa.
—Pues no, ya nada más espero poder agarrar la manzana antes de que le dispares... Ya me acostumbré.
—Y eso es bueno, un representante no puede ser un miedoso, es más, deberías casi poder atrapar balas en el aire.
El niño se acercó a su mentor, quien le palmeó la cabeza antes de comenzar a caminar en dirección al palacio. Se alejaban lo suficiente para evitar que Imperio Ruso los escuchara.
—Eso es imposible.
—Por eso dije casi.
URSS rio bajito, mirando al hombre con diversión. Le agradaba Sasha, nunca lo había tratado como un niño tonto, sino que se tomaba el tiempo de explicarle todo con paciencia.
—¿Cómo va tu brazo?, Irina ya no ha mencionado que sientas dolor cuando te ayuda a vestirte, incluso dijo que está pensando en dejarte vestir solo.
—Va bien, aún me duele cuando hace más frío del normal, o cuando el anciano me arroja al lago, pero ya lo puedo mover por mi cuenta cada vez más rápido —el menor se encogió de hombros, demostrando que si podía mover mejor la zona derecha.
Después de que Imperio Ruso le diera el espadazo había estado por semanas en cama debido al inmenso dolor y a qué solía sangrarle la herida, además de que por estar expuesto a la intemperie sus músculos se había dañado y había sufrido una infección que de milagro se había ido sola.
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Heridas infantiles
FanfictionAmbos países son muy curiosos al momento de criar a sus hijos, uno prefiere la crianza respetuosa mientras que el otro tiene la creencia de que un golpe a tiempo es mejor que un delito más tarde. Pero, ¿por qué? ¿Cómo fue la infancia de ambos para q...