CAPITULO 5

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CAPITULO 5



KACCHAN




Sentirse solo es casi lo normal para mí.

Tengo muy pocos recuerdos, en general casi nada.

Recuerdo ver un cielo azul y rayos de sol. Después de eso nada.

Por eso mismo estar rodeado de personas que dicen conocerme llego a alterarme. He querido por años conocer a alguien que pudiera decirme quien soy, o quien era en el pasado.

No esperaba encontrar con esto cuando decidimos venir a Japón.

Todo comenzó solo porque los paisajes Japoneses se me hacen maravillosos.

Que un accidente llevaría a nuestra hija al hospital. Por consecuente todo eso nos ha traído a este punto. Frete a todas estas personas que solo me miran como si esperaran que saltara y digiera "es broma, soy la persona que ustedes creen que soy", lo más sorprendente es que supuestamente el Doctor que atendió la cirugía de mi hija es mi supuesto esposo.

O el esposo de la persona que pude ser en el pasado.

¿Qué tan grandioso es eso?

Es algo sin precedentes, muy sorprendente. ¿Qué se supone que debo hacer? o ¿cómo debería actuar?

Una prueba de ADN sería la solución perfecta para nuestro inconveniente. Sacarnos de la duda seria lo correcto y parece ser una buena solución. A estas alturas de mi vida, cualquier respuesta seria bien bienvenida para poder saber mi origen.

-¿Cómo haríamos eso?-les pregunto, las manos me tiemblan por el nerviosismo.

-Llevare Ageha a la prueba también, ambos deben de tener comparaciones de genes iguales –responde el Doctor/ Esposo.

-¿Quién es Ageha? –vuelvo a preguntar.

Casi de inmediato me siento mal por la mirada abatida que el Doctor trata de ocultar. No me siento cómodo sabiendo que soy la fuente de dolor de una persona que acabo de conocer.

-Es mi hijo. El niño que estaba aquí es Ageha. –responde triste.

¿Eso lo haría mi hijo?

Claro, en todo caso que las pruebas genéticas sean positivas.

Dejando de lado a estas personas, no puedo evitare estar feliz, casi eufórico, quisiera saltar y gritar. Quisiera abrazar a estas personas por darme un indicio de recuperar algo delo que fui. Pero ellos me miran como un experimento, como un fantasma.

Pero al diablo con ellos.

Por fin tengo una pista.

-¿Cuándo podemos hacerla?

Espero que mi entusiasmo no se note demasiado en mi voz. No es un crimen estar feliz por algo tan bueno. Ellos deberían comprenderlo. Deberían estar felices, ¿cierto?

Pero lo noto en el segundo que miro sus rostros, los tres hombres están incómodos, uno de ellos, el pelirrojo está molesto, aun que fue el primero en sonreírme y querer acercárseme, ahora siento como si quisiera matarme, el segundo hombre de cabello bicolor solo me ve con indiferencia. La actitud del Sensei es la que me llega a dolor un poco, es más como un pellizco que un dolor en sí. La mujer a su lado solo mira atenta a todos, a la espera de que alguien explote.

Fue la misma sensación que tuve en el momento en que nos miramos.

-Sería bueno hacerla lo más pronto posible –Ochako me sujeta del brazo.

Estoy aliviado de tenerla a mi lado.

Ella, al igual que yo nos emociona la idea de saber quién soy. Poder contarle a nuestra hija verdades y no fantasías. Todo esto nos emociona mucho.

-Podemos hacerla mañana a primera hora –interviene la mujer, tomando la mano del Sensei reconfortándolo.

El sensei se debate por unos momentos, asiente de acuerdo después de un rato. La mujer toma notas y manda un mensaje por su teléfono.

-Programe una cita para las diez de la mañana en el laboratorio si les parece bien –ella nos mira en espera de una respuesta.

-Perfecto –respondo a casi nada de saltar de la alegría.

-¡Esto es magnífico Gogo! –Ochako me abraza.

La hago dar vueltas riendo, no cabiendo de la alegría.

-Tengo.... Tengo que ir a casa.

-Bakugo, espera, yo te llevo.

-Gracias Kirishima.

-Hare mis rondas y pasare por ustedes mañana por la mañana –habla el bicolor. Aun no sé cómo es que se llama este sensei -.Puedes tomarte el día de mañana, me hare cargo de tus pacientes.

-Te hablare si algo pasa, lo prometo –prosigue la mujer.

-Gracias Todoroki, Momo –les responde Bakugo-sensei.

Con tanto ajetreo había olvidado el nombre de este hombre, no puedo negar que es atractivo, su cabello verde alborotado lo hace parecer un pequeño árbol, su rostro lleno de pecas están jovial que fácilmente puede engañar y aparentar otra edad.

Debo de darle las gracias, es lo menos que se merece echar un rayo de luz entre la penumbra.

Por ayudar a Eri.

-Bakugo-sensei, muchas gracias por todo –le alargo la mano para poder compartir un apretón pero él solo lo mira.

Comienzo a sentirme incomodo por el tiempo en que no reacciona, cuando lo hace no toma mi mano, solo me mira con ojos llenos de melancolía. Le sonrió porque es lo único que se me ocurre para matar el ambiente pesado.

-Sí –susurra antes de irse junto con los otros dos hombres.

-¿Les gustaría pasar a la habitación de Eri-chan? –nos pregunta la mujer.

-Claro señorita –vuelvo a hacer el mismo gesto de saludo de apretón de manos.

Esta vez ella corresponde el saludo y se presenta.

-Momo y soy la enfermera en jefe de pediatría.

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⏰ Última actualización: Jan 15 ⏰

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