ls |⌇ ❝ compañeros, familia, buenos amigos, amigos; cualquier cosa menos amantes. La historia odia a los amantes ❞ ᭨ི ྀྀ
¿Que es que peor morir antes de dar el examen final para el que tanto te habías preparado? En definitiva no estaba entre sus opc...
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—¡debería quemarles los parpados y contarles las lenguas!—el emperador tenía un gran don para atormentar a la gente sin necesidad de alzar la voz, con sus amenazas frias y su palabra dispuesta a cumplirla era suficientemente aterrador pero verlo fuera de sus casillas como ahora, era peor—¡¿cómo pudieron perder a un príncipe de la corona en su propio palacio?!
Los guardias temblaban mientras la voz del hombre más poderoso del Imperio subía de tono cada vez más y más, oraban internamente la intervención de un ser divino para su inminentemente muerte. Casi simultáneamente sus ojos se fijaron en la emperatriz que se mentenia a un lado del emperador, poniéndole una mano en el hombro tratando de calmarlo.
Lastimosamente esta vez la caballeriza estaría sola; la mirada encolerizada del emperador Akila no se comparaba con la glacial de su esposa, una que prometía una muerte larga y dolorosa.
—amado, no hagas eso—lo agarro de la mandíbula girandolo a ella—ellos deben servir con sus vidas a su príncipe ¿verdad, chicos?
Asintieron en sintonia temblando de pies a cabeza, era una sentencia indirecta y bastante cautelosa.
"Trae a mi hijo o muere en el intento"
—¡¿qué esperan?! ¡su emperatriz dio una orden!
Los presentes corrieron despavoridos en busqueda de la razón de su probable muerte; el príncipe Aquiles que jamás había llegado al jardín.
Sinceramente esto era su culpa, subestimo lo grande que sería su palacio, este lugar era más grande que su anterior departamento y toda la manzana, no dudaba de que el jardín también sería igual de grande.
Identificaba varios cuadros, pinturas finas desde paisajes coloridos hasta retratos de personas que no conocía, suponía caballeros y anteriores emperadores por sus armaduras y coronas. Gracias a ellos no se perdia demasiado entre los pasillos de la fortaleza, cuando vio la luz del día colándose por una puerta enorme de madera, no dudo en apurar el paso y abrirla de un empujón.
Este no era el jardín definitivamente, incluso dudaba de que siguiera en su propio palacio.
Había un joven hombre entrenando con una espada de madera, su cabello era largo y albino -tipico de manhwas- , sus cortes al aire parecian ser letales, no queria saber que haría con una verdadera espada y mucho menos lo que hacía con gente indeseada que interrumpía su entrenamiento.
Dio media vuelta y como si no hubiera sido suficiente morir cuando habia estudiado -en vano- para un examen con tanta esfuerzo, así conseguir la nota máxima; choco contra una estantería repleta de lanzas que terminaron por caer al suelo en un ruido estruendoso y delator.
—mierda...
Al sentir la mirada fija y dura, volteo lentamente a verlo con hombros tensos y el miedo comiendole el cerebro por malas predicciones.
