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El príncipe respiro con lentitud como el médico le había indicado, cosa que fue un trabajo difícil debido a la situación actual que aun le costaba asimilar

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El príncipe respiro con lentitud como el médico le había indicado, cosa que fue un trabajo difícil debido a la situación actual que aun le costaba asimilar.

Pero ¿a quien no le costaría procesar su propia muerte?

Permaneció callado escuchando las instrucciones del doctor, al finalizar la revisión salio de la habitación no sin antes despedirse con una prolongada reverencia.

Nisiquiera sé dio tiempo de pensar cuan extraño fue eso.

Seguía hundido en la misma teoría desquiciada.

No era alguien dotado de inteligencia, al menos no exgaeramente pero tenía una gran pasión por los distintos tipos de literatura, desde libros hasta cómics ornamentaban su apartamento y entre esos gustos tan específicos destacaban los manhwas de reencarnación que curiosamente, el monologo interno de las protagonistas donde explicaban su situación actual o mostraban su triste muerte coincidían con lo que estaba viviendo para su enorme tormento.

¿Reencarnar?

No es que no creyera en ello, creía más en la reencarnación que en el propio Dios eclesiástico.

Pensar en reencarnar le resultaba absurdo, ¿en qué momento había muerto para comenzar? No recordaba haber cerrado los ojos para dormir. Además, ¿no se supone que debía volver a nacer? ¿Entonces por qué era un crio de ocho años con ropas muy antiguas? ¿No debería seguir usando ropa actual pero de niño?

Su respiración volvía a ser errática, unos brazos lo acobijaron contra un cálido pecho, la frgancia que aquella persona desprendía le resultaba malditamente familiar, tanto asi que llegó a relajarse.

—Shhh mamá está aquí

Alzo la mirada, la mujer rubia que lo abrazaba con tanta ternura y cariño, aquella mujer se habia denominado a sí misma como su "madre" habia entrado en la habitación con el médico y otro hombre de gran porte que por más serio e impasible que se mostrará su rostro, pudo jurar que sus ojos estaban algo rojos destellando alivio de sus pupilas.

—¿mamá?... —repitio en un susurro desconcertado, mirando desde la mujer hasta el hombre notando que su ropa y porte elegantes sobrepasaban al doctor, incluso si vestían ropas tan simples que le hicieron pensar que eran pijamas.

—¡si, esa soy yo!—le contesto extasiada la mujer, llenando de lagrimas sus iris ¿Doradas? ¿Eso siquiera era posible? Ojos dorados cual oro, no, eran más parecidos a los ojos de un águila por su intensidad—¿Viste, Akila? Nuestro niño me reconoce

Akila, ese era el nombre del hombre imponente que permanecía al lado del médico.

—lo veo, querida—su espesa mirada rubí recayó en el profesional ¿en serio? ¿Nadie tiene ojos normales aquí?

—gracias a la Diosa el príncipe se encuentra estable—su cuerpo tembló con levedad por lo que diría acontinuacion, temia la reacción del monarca—pero desconozco la razón de por qué estuvo tanto tiempo inconsciente, no encontré herida alguna en su cabeza, ni alguna reacción a algún veneno. No tiene heridas en ninguna parte—aspiro con miedo, aflojando el pañuelo en su cuello, la tensa mirada del emperador recaia en él con furia—y su ataque de pánico se debió a una reacción retardada de la caída—respondió a la pregunta no planteada de la emperatriz.

love story ❪ father, i don't want to get married! ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora