𝑇𝐸𝐸𝑇𝐻 | 𝐷𝑅𝐴𝐶𝑂 𝑀𝐴𝐿𝐹𝑂𝑌 | traducción al español

𝟔𝟖. 𝐋𝐀 𝐕𝐈𝐃𝐀 𝐘 𝐋𝐀 𝐌𝐔𝐄𝐑𝐓𝐄

[MENCIONES DE TRABAJO DE PARTO, SANGRE, ENFERMEDADES Y MUERTE]

Athena se despertó a la mañana siguiente con la peor resaca.

—Maldito infierno.—ella gimió, su cabeza palpitaba como loca.—¿Por qué tuve que beber tanto ayer?.—susurró para sí misma.

Se levantó lentamente de la cama y fue a darse una ducha. Se sintió un poco mejor cuando el agua cayó sobre su cuerpo.

Se puso un par de jeans negros y un suéter navideño, tejido por la única e inigualable Molly Weasley.

Tenía un color verde que complementaba los ojos verde esmeralda de Athena. En realidad era un hermoso suéter navideño.

Se secó el pelo y se lo recogió en una cola de caballo. Y finalmente, se puso un par de botas negras y bajó a desayunar.

Athena escuchó voces provenientes de la sala de estar. Quizás Ginny y Harry tenían algunos invitados.

Su rostro se iluminó cuando vio a Ron, Hermione, Rosie y su pequeño hijo de un mes, Hugo, que estaba en brazos de su tía Ginny.

Pero no fueron sólo ellos.

Draco, Astoria y Scorpius también estaban ahí.

De nuevo.

—Buenos días.—murmuró, haciendo que todas las miradas se posaran en ella.

—¡Athena!.—Hermione exclamó y se levantó de su asiento y se acercó a ella, abrazándola.

Athena le devolvió el abrazo.—Hola, Hermione.—ella sonrió mientras se alejaban.—Te he extrañado.

—Bueno, no has regresado en dos años.—Hermione la regañó en tono de broma.

—Eso es cierto.—Athena se río levemente y sus ojos se posaron brevemente en los de Draco.

Sus orbes azules literalmente la estaban devorando.

Athena abrazó a Ron y Rosie y finalmente conoció al pequeño Hugo. También tenía el infame pelo rojo de los Weasley.

—¿Café o té, Athena?.—Preguntó Ginny, mientras Athena se sentaba junto a Harry.

—Café, por favor. Negro.—dijo y le agradeció cuando le entregó la taza.

Todos quedaron atrapados en su conversación anterior, excepto Athena y Draco. No intercambiaron miradas, pero la tensión entre ellos era evidente.

—¿Dónde está Dragomir?.—Athena le preguntó a Harry.—¿Sigue dormido?.

—Oh, se me olvidó decírtelo.—dijo Harry.—Tenía que irse.

—¿Qué?.—ella jadeó sorprendida.—¿Pero por qué?.

—Algo surgió con su familia. No me lo dijo exactamente. Se fue esta mañana a toda prisa. Pero me dijo que te diera esto.—dijo y le entregó un sobre que estaba sobre la mesa.

Athena ni siquiera se había dado cuenta.

Abrió el sobre, mientras todavía sentía los ojos de Draco mirándola, quemando su piel como dos llamas azules.

''Querida Athena,

Lo siento, tuve que irme tan temprano. Pero mi familia me necesitaba y tuve que regresar a Sofia.

Quería hacerte saber que pasé un tiempo maravilloso contigo. Y estaba muy feliz de conocer finalmente a todos.

Por favor, avísame cuándo volverás para poder ir a buscarte a la estación de tren.