numéro cinq

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Jihyo podía sentir como el aire abandonaba sus pulmones poco a poco

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Jihyo podía sentir como el aire abandonaba sus pulmones poco a poco. ¿Cómo le hacían las personas para respirar en medio de un beso? Se vio forzada a separarse de los labios de la castaña.

Sana, que mantenía los ojos cerrados, los abrió y miró a un Jihyo sonrojado hasta las orejas y los ojos cerrados.

—Perdón Jihyo, ¿fue mucho para ti?— preguntó Sana acariciando la mejilla de esta y esperando a que abriera sus ojos.

Jihyo los abrió y escucho los pensamiento de Sana, los cuales habían sido ignorados por completo durante el beso, pues su cabeza estaba siendo invadida de los suyos propios.

¿La habré asustada?
Dios, que idiota soy.

—N-no, no es eso, me estaba quedando sin aire, eso es todo— admitió la mayor avergonzada— No tengo mucha experiencia en esto de los besos...o el contacto humano— bajó la mirada muy apenada.

—Oh, entiendo— La castaña acarició la mejilla de Jihyo para poder levantar su rostro y mirarla a los ojos— No te avergüences por eso, tranquila.

Jihyo volvió a perderse en la mirada profunda de Sana y se dejó llevar por las suaves caricias que la menor le proporcionaba a su mejilla.

Tan tierna, parece un cachorrito.

La castaña volvió a sentir su rostro caliente al escuchar eso. ¿En serio parecía un cachorro?

Sana acercó su rostro poco a poco al de Jihyo y sus labios volvieron a encontrarse en un beso tranquilo, la castaña procuraba ir lo más lento posible, tratando de que Jihyo se acostumbrara.

¿Así voy bien?

Escucho Jihyo dentro de su cabeza. Se animó a mover sus labios junto a los de Sana, incrementando un poco la intensidad del beso. Las manos de Sana se dirigieron a la cintura de la pelinegra y la acercó más a ella.

Sana intentaba controlarse, vaya que lo hacía, pero no le era tan fácil teniendo el cuerpo de Jihyo temblando debajo de sus manos y sus deliciosos labios rosados apresados entre los suyos, la pelinegra era una enorme tentación.

Jihyo soltó un pequeño jadeo en el momento en el que Sana rozó su lengua con la suya.

Oh no, creo que me he pasado ahora sí.

Jihyo escucho y sintió como Sana intentaba separarse y terminar con el beso, pero ella no quería que Sana hiciera eso. Llevó sus manos a la camisa de la menor y la acercó más a ella, impidiendo que esta diera por terminado aquel beso.

Sana abrió los ojos con sorpresa y pudo ver como Jihyo los tenía cerrados con fuerza y como temblaba, decidió continuar y adentró un poco más su lengua, haciendo que el beso subiera más de intensidad.

Jihyo no sabía como seguir aquel beso, por lo que solo se dejó guiar por la castaña. Todo su cuerpo temblaba y su corazón estaba al mil por hora, aquel contacto con Sana estaba siendo más que satisfactorio, no recordaba haberse sentido así cuando beso a aquel chico en su adolescencia.

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