numéro huit

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El domingo en la mañana, mientras Jihyo realizaba su habitual rutina de cuidado personal, su teléfono sonó, había recibido un mensaje

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El domingo en la mañana, mientras Jihyo realizaba su habitual rutina de cuidado personal, su teléfono sonó, había recibido un mensaje.

"Estoy en tu puerta, ábreme niña"

Eso decía el mensaje de su amiga Jeongyeon.

La pelinegra fue hacia la entrada y abrió, y efectivamente, ahí estaba la mayor.

—¿Qué haces aquí?— preguntó bastante confundido Jihyo mientras se hacía a un lado y dejaba pasar a la rubia.

—¿Cómo que que hago aquí? Hace días que no me mandas ni un hola, quería asegurarme de que aún estuvieras viva— reclamó la mayor mientras dejaba una bolsa de papel en la mesa—traje un panqué de nuez, anda pon el agua para el té.

La menor solo asintió y fue hacia su pequeña cocina, ahora que lo recordaba no había hablado con su mejor amiga en muchos días, se sintió apenada.

—Dime, ¿qué te ha mantenido tan ocupada?— preguntó,  mientras sacaba el panqué de su bolsa y lo depositaba en un plato que ella misma sacó de una de las gavetas.

—Oh... bueno, tuve una cita— confesó la pelinegra mientras sacaba un par de tazas.

—¿¡Qué tú qué?!— preguntó más que sorprendida Jeongyeon volteando a verla.

—T-tuve una cita, ayer— Jihyo intentaba no mirar a su amiga.

Jeong no le quito la mirada de encima mientras se sentaba en la pequeña mesa de la cocina.

—Pero cuéntame, ¿Con quién saliste?

—C-con Sana

—¿La profesora de la que me contaste?

Jihyo asintió mientras se sentaba en frente de ella, ya con dos tazas con agua caliente y cada una con un pequeño sobre de infusión de frutos rojos. Se dedicó a contarle todo lo que había pasado entre las dos, con lujo de detalle, pues sabía que a la mayor le gustaba que le describieran todo, sin importar que tan tonto e innecesario fuera. Sus mejillas se volvieron rojas cuando llego a la parte más intima de su cita con Sana.

—¡Vaya!— fue lo único que dijo la mayor después de haber escuchado absolutamente todo—¿Quién lo diría? La tímida Park Jihyo teniendo una cita con alguien y no sólo eso, también a punto de tener sexo, todo en el mismo día.

—¡Hey!— se quejo la pelinegra, aún más sonrojada—¿E-estuvo mal haber hecho eso?— preguntó preocupada.

—No, no, para nada Jihyo, si tú te sentiste lo suficientemente cómoda y confiada de hacer eso con ella, no hay nada de malo en eso. En verdad me alegro que estés abriéndote más— se llevo un pedazo de panqué a su boca.

—Igual me alegra abrirme más, a pesar de que me siento nerviosa cerca de Sana, también me hace sentir bien y me divierto estando con ella— Jihyo sonrió tímidamente.

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