CAPÍTULO 3

1.5K 182 73
                                    

―Levi, ¿qué demonios te pasa?

Levi miró a Hange con una mirada impasible mientras le metía un palito de helado a Lara en la boca. La hija de Erwin se había enfermado los últimos días debido a la ola de frío que azotaba la ciudad, y no era la única: ese día, Levi tenía su agenda llena por lo menos durante una semana más.

No le importaba demasiado, porque Levi amaba a los niños y no dudaba en ayudarlos si era posible.

Siempre quiso un niño dentro de su familia, y el sueño de adoptar uno seguía ahí metido en su cabeza, a pesar de la inestabilidad con Eren.

Inestabilidad. Como si fuera eso. Como si estuvieran pasando un mal momento y no le hubiera pedido el divorcio oficialmente tres días atrás.

En esos tres días, Levi no tuvo noticias de su todavía marido, pero no lo iba a llamar para presionarlo.

Levi conocía a Eren lo suficientemente bien como para saber qué decisión iba a tomar finalmente.

―Tose, cariño ―le pidió dulcemente a Lara, que obedeció.

La hija de Erwin, que fue producto de su exnovia Mary, era un encanto con todo el mundo. Educada, bonita y tierna, estaba siendo criada por sus dos padres a pesar de que no estuvieran juntos, ya que todavía conservaban una gran amistad aun cuando hubieran sido novios en el pasado.

Mary no tenía problemas en que Lara pasara semanas completas con su padre, pues tenía un trabajo pesado como gerente de una empresa de moda y, por lo mismo, solía viajar durante largos períodos de tiempo; sin embargo, no era una madre ausente como muchos solían pensar. Llamaba a Lara cada noche preguntando como le fue en el día, y cuando Mary estaba en casa, le ponía total atención a su hija. Además, conocía a Hange también, la actual pareja de Erwin, y no ponía reparos en que Hange fuera como una segunda madre para Lara.

―Has estado comiendo helado a escondidas de tu tía Hange, ¿no es así? ―Levi enarco una ceja, la niña enrojeció por la culpa y vergüenza.

―No me cambies el tema ―reclamó Hange, detrás de él―. Levi, demonios, ¿cómo se te ocurre...? ¡Eren no merece ninguna oportunidad! ¡Te engañó con su asistente!

El breve recuerdo de ver a Eren tomándole la mano a Armin en su oficina, hablándole al oído mientras provocaba que se riera, causó una punzada de dolor en su corazón. Sin embargo, fingió una indiferencia que no sentía para que Hange no siguiera regañándolo.

Levi nunca se consideró así mismo como una persona celosa, no así como Eren. Mientras Eren era todo posesividad y gruñidos, Levi era calma y silencio, porque Eren nunca le dio motivos para dudar de él en esos ocho años que estuvieron juntos.

No hasta ahora.

―Bronquitis aguda ―le dijo a Hange―, sólo descanso, mucho líquido y acetaminofén para bajar la fiebre.

Hange murmuró por lo bajo mientras comenzaba a abrigar a Lara.

―Deberías firmar sus tontos papeles ―regañó Hange―, y deshacerte de él. Le pides la casa, dinero y lo mandas al diablo.

―Hange ―dijo Levi con la voz seca―, sigue siendo mi marido y el hombre que amo. Tú no lo entiendes, así que te lo diré de una forma fácil: Eren me sigue amando, lo sé, sólo tiene que darse cuenta de eso, y lo ayudaré para que luego no se arrepienta por haberse divorciado.

―¿Arrepentirse? ―farfulló Hange, con rabia tiñendo su voz―. ¿Cuándo Eren Jaeger se ha arrepentido de algo?

Nunca. Eren era una persona que pensaba bien las cosas antes de hacer algo. Si le estaba pidiendo el divorcio, no era por una decisión apresurada, sino porque tuvo que pasar semanas pensando en si era lo correcto o no.

Apego - EreriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora