Según una creencia tradicional oriental, todos nacemos atados a un hilo rojo, el cual nos conecta al amor de nuestras vidas. Este hilo puede estirarse, acortarse, doblarse y dar la vuelta al mundo, pero jamás se corta. Esta bonita manera de graficar el destino de nuestras vidas, nos explica qué tan fuerte son los poderes del amor. Dos personas entrelazadas por el destino, llámese hilo rojo o no, siempre terminarán encontrándose y permanecerán ligadas para siempre.
La primavera estaba llegando cuando ingresó a la cafetería con una expresión de cansancio, estornudando contra su bufanda mientras soltaba un quejido bajo.
A pesar de que hubiera sol, se seguía sintiendo un viento helado que obligaba a todas las personas a salir abrigados para no terminar con un resfrío, y él no iba a ser la excepción. Siempre tuvo un sistema de salud algo delicado; por otro lado, no podía enfermarse porque tenía que seguir trabajando, no le gustaba dejar sus cosas tiradas por algo tan mínimo como un resfriado.
Odiaba esos primeros días de primavera, cuando eran una mezcla de calor y frío imposibles de combatir.
―¿Qué va a querer, señor? ―preguntó la cajera.
―Un capuchino de vainilla para llevar ―pidió, extendiendo los billetes para pagar.
―Lo llamaremos cuando esté listo, ¿cuál es su nombre?
―Eren Jaeger.
La chica asintió y Eren caminó para sentarse en la barra, mirando por el ventanal hacia la calle.
El día anterior, Noah le envió un mensaje diciéndole que ya no podía seguir en una relación con él, así que Eren volvía a estar, "oficialmente", soltero, aunque si era honesto con todo el mundo, tampoco es como si hubiera tenido una relación profunda luego de su fallido matrimonio, cinco años atrás.
Cinco años desde la última vez que vio a Levi, llorando en la puerta, cerrándola para luego sólo existir el silencio.
Una vez Levi se marchó, Eren terminó su relación con Armin, quien le miró con una frialdad enorme y desprecio en sus ojos, pero a Eren no podía importarle menos, no cuando se sentía perdido y vacío por dentro, como si algo no estuviera bien a su alrededor.
Vivió por cerca de trece años con la presencia constante de Levi a su lado, ya fuera como amigo, novio o esposo, y las cosas sin él se sentían extrañas, dolorosas, pero por sobre todo, desconocidas.
Después de eso no tardó en ir a la oficina del gerente de la empresa, presentando su carta de renuncia y, días más tarde, vender el departamento en donde vivió con Levi por diez años. Se mudó a un lugar mucho más pequeño, con una cama individual donde no sintiera esa constante soledad que le invadió los últimos días desde que Levi se marchó sin mirar atrás, y fue contratado en menos de un mes en una pequeña empresa mobiliaria, donde nadie le conocía ni juzgaría.
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Apego - Ereri
Fanfiction―¿Qué es esto, Eren? ―Una carta de divorcio. Lo siento, Levi, pero ya no te amo. ADAPTACIÓN AUTORIZADA Todos los respectivos créditos a su autora original @Hobibuba