Tenían que concentrarse desde un inicio. Mingyu y Minghao tenían la carga más grande del ritual.
El moreno dio el paso primero y el Setsuna comenzó a tocar la música que marcaría los tiempos de cada etapa del ritual que debían realizar.
Minghao tenía elevado el brazo con la palma hacia arriba y Mingyu apenas y rozaba sus dedos con los de él, mientras contaba 24 pasos alrededor de él. Entre las nubes que rodeaban la habitación, Junhui y Wonwoo esperaban el cambio de música; no podían ver nada donde se encontraban.
Seungcheol y Hansol se mantuvieron alejados, viendo como se desenvolvía el ritual sin intervenir en él, dejando que Mingyu siguiera caminando alrededor de Minghao que representaba el sol.
Incluso con todo lo que conllevaba el ritual Mingyu ya se había puesto nervioso, pero luego se dio cuenta de algo, cuando terminó de dar la primera vuelta, el primer día del primer mes del año, vio los labios de Minghao moverse en la palabra de «uno» y eso lo tranquilizó enseguida.
El Setsuna seguía tocando la misma tonada y aún tenía que caminar 30 días más, así que siguió sin detenerse. Minghao muy apenas movió el brazo, bajándolo de forma imperceptible, apenas unos milímetros. Se cansaría de esa manera, pero tenía que soportarlo y Mingyu se sintió mal por él en ese aspecto, aunque no pudo seguir distrayéndose y siguió contando sus pasos.
De nuevo otra vuelta, 24 horas más y el segundo día de enero había pasado.
Minghao dijo «dos» apenas moviendo sus labios y Mingyu sonrió, volviendo a girar a su alrededor.
Si mantenía ese ritmo entonces no sería tan difícil como había creído. Minghao estaba contando por él los días y él sólo tenía que dedicarse a contar las 24 horas de los 24 pasos que daba en torno al chico.
Pero había muchas cosas que podrían distraerlo, como el hecho de que en el octavo día, el brazo estirado de Minghao comenzó a temblar por el esfuerzo de mantenerlo hacia arriba.
Otra cosa era que Mingyu se encontraba muy cerca de él y podía ver cada facción suya sin problema. Minghao veía hacia todas partes, menos hacia él, por alguna razón lo evitaba a consciencia.
A Mingyu se le hizo natural contar los 24 pasos sin perderse, rápidamente se había acostumbrado, pero era repetitivo y cansado y por el gesto de Minghao, a él le estaba pesando estar en esa posición estática. Pero era el sol y este no se movía alrededor de los planetas, era el centro de todo, brillando de forma magnífica.
Minghao era muy bonito, eso ni siquiera Mingyu lo podía negar. Atraía la atención de todos, su cabello claro, sus ojos marrones, su largo cuello, sus facciones suaves, su esbelto cuerpo...
Mingyu casi se pierde el doceavo día sino fuera porque Minghao lo susurró al percibir la distracción del moreno que se alivió de salvarse de volver a empezar todo el ritual desde el principio, concentrándose de nuevo en contar sus pasos.
Así siguieron, pensativos, pero tratando de mantener la cabeza en el ritual. El brazo de Minghao seguía temblando y eso le preocupó a Mingyu, pero el joven era fuerte y podía soportar el esfuerzo.
Minghao por su parte estaba evitando ver a Mingyu por la misma razón de curiosidad de este. Sus dedos se rozaban y estaban muy cerca. Ese ritual les daba una intimidad casi obligatoria.
Él y Mingyu no eran cercanos, toda su vida se habían topado por azares del destino, pero ellos siempre se habían rehusado a ser cercanos por razones que escapaban de la comprensión de ambos.
Y ahora estaban unidos irremediablemente y sus almas lo estaban aún más, pues eran una.
Minghao no se quería enamorar, esa era la verdad. No... Minghao no quería que Mingyu se enamorara de él y sufriera por eso. Quería ahorrarle ese dolor. Y haría todo lo posible por salvarlo de sufrir en esa vida, aunque no tuviera recuerdos de la anterior.
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Monat (WonHui/GyuHao)
أدب الهواةexiste una vieja leyenda en el pueblo de yabbay, de que alguna vez los hombres se atrevieron a atrapar los espíritus sagrados de la luna y el sol en dos cuerpos humanos. la humanidad entera casi paga caro con esa osadía, pues los espíritus estuviero...