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—Vayamos a la biblioteca—De un segundo a otro, Soobin cambio de dirección repentinamente, casi haciendo que Beomgyu se resbalase.
—¿Para qué? Debemos ir con el profesor Jonghyun y contarle lo que nos dijo la profesora Sulli—Tan caprichoso como siempre, Beomgyu estiró de la ropa manga del pelinegro, el cuál no hizo ni un mínimo esfuerzo en moverse.
—No vamos a conseguir nada con esto, es solo un cuarto de la información que necesitamos para llegar a conseguir una solución.—El alto volvio a intentar encaminarse a otra dirección, pero fue jalado una vez más.
—No seas estúpido,vayamos primero a consultar al profesor y luego podemos ir a la biblioteca para que hagas tus idioteces ahí dentro— El colorado vociferó, más la expresión fría de su amigo hizo que se arrepintiera inmediatamente.
—¿Estúpido? ¿Idioteces? Estoy literalmente brindándote mi ayuda para que puedas salir de este lío ¿Eres consciente de lo que estás diciendo?.
—Desde un principio, no estaríamos en este lío si no fuese porque te equivocaste de jodido casillero.
—Dios...—Soobin vaciló con incredulidad en su cara—¿Escuchas lo increíblemente necio que suenas? Me estás echando la culpa de toda tu falta de responsabilidad y cerebro,usando cosas de las que no tienes idea ni tampoco un mínimo de control— Sus cejas se juntaron mostrando libremente su enojo.
—Fantástico...—El más bajo tiro hacia atrás si cabello con una de sus manos—¿Por qué siempre tratas de hacerme menos? Siempre intentas hacer menos mis habilidades, porque claro, no soy el perfecto Choi Soobin; que tiene un excelente promedio, es encantador, carismático, inteligente y tiene una vida perfecta con todo servido en bandeja de plata ¿Ese es tu problema conmigo?—Grito, pero su voz se quebró en el camino.
—¿Vida perfecta? ¿Todo servido en bandeja de plata? Eso es increíblemente ridículo—Soobin bufó—Deberías lavar tu boca con jabón antes de opinar sobre la vida de otra persona y sobre todo siendo un sangresucia.
Lo último que se pudo percibir en el pasillo vacío fue el estruendoso ruido de la mano de Beomgyu azotando la mejilla de el alto con rabia. El golpe fue rápido y limpió, lo suficientemente para que la etérea piel blanquecina de su amigo quedase un poco estropeada por el leve color rojo que provocó el azote en la zona.
El colorado abrió y cerró la boca un par de veces tratando de formar una palabra, pero no salió nada siquiera aunque lo quería. Mientras tanto el alto tocó la zona yemas de sus dedos con el fuerte ardor aún presente asintiendo un par de veces con una mirada pensativa aunque no tardó en volver a retomar su postura pasando a una expresión fría con sus ojos azules mucho más oscuros de lo que había visto en años, era espeluznante.
—Choi Soobin—Una voz completamente ajena a la discusión, interrumpió el incómodo contacto visual que habían formado por escasos minutos que dieron la ilusión de ser horas.
A vista de ambos apareció Hueningkai, su expresión era plana, apacible, no parecía demostrar ninguna emoción transparente, pero su aura era diferente. incomodidad, disgusto e incluso ira.
Soobin no respondió, pero su nuez de adan se movió levemente luego de tragar en seco. Por otro lado Beomgyu se encontraba estático, no solo por tener a la persona de la que estaba enamorada a unos pasos de distancia, si no que un pánico empezó a invadir su cuerpo sin saber si este escuchó su pelea.
Fuese rabia, ansiedad o miedo, su cuerpo empezó a desestabilizarse temblando levemente con lágrimas amagando a caer en cascadas de sus ojos color esmeralda.
—Soobin Hyung lo estaba buscando...—El hermoso hada de cabello rubio prácticamente blanco, se acercó a ambos pero ignoro la presencia del más bajo—Requiero de usted para poder perfeccionar mis conocimientos sobre el examen de defensa contra las artes oscuras.
—¿Es algo muy urgente?—Como si no hubiese pasado nada, Soobin tomo la situación en sus manos.
—No estaría aquí si no lo fuese, me sería de gran ayuda si puede obsequiarme un poco de su tiempo—Los ojos de él mayor conectaron instantáneamente con lo del hada, perdiéndose por un par de segundos en el color miel de estos.
—Bien...entonces pasemos a un lugar más privado para la sesión de estudio—Saliendo de su embobamiento, el pelinegro regreso su mirada al pelirrojo más no dijo ni una sola palabra pero su mirada se encargó en descargar todo el desprecio y cólera contenida en su cuerpo.
El silencio dice mucho y las palabras expresan poco, tanto que ambos chicos no tardaron mucho en irse caminando del pasillo manteniendo lo que parecía ser una charla secreta hasta desaparecer por completo de su vista.
Fue cuando por fin el debil cuerpo de Beomgyu se estrelló contra el frió suelo siendo víctima de la imprevista perdida de conciencia.
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