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La muerte de Toph había conmocionado al mundo entero, sus hijas, las hermanas Beifong organizaron una bella ceremonia para despedirla en la mansión de Sue, a este lugar llegaron personas de todos los lugares del mundo para despedir a la querida y admirada maestra tierra, entre ellos dos de sus viejos amigos quienes no se habían visto en muchos años.

Sus miradas se encontraron en la puerta del local cuando ya estaban de salida y una suave sonrisa apareció en el rostro de ambos.

– ¿Quién diría que este sería el reencuentro, Zuko?

– A pesar de las circunstancias, también me alegra verte Katara.

Ambos ancianos sin darse cuenta se dieron un fuerte abrazo, lo que les trajo a la mente muchas cosas que habían vivido a lo largo de los años, desde su enemistad inicial, hasta el perdón y todo lo bueno que les había traído a ambos volverse amigos, por un momento volvieron a ser los adolescentes que en un abrazo dejaron todos los rencores atrás.

Al separarse se miraron por unos segundos con nostalgia, hasta que fue hora de seguir sus caminos y decir hasta pronto.

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Había pasado casi un mes desde ese encuentro cuando Katara recibió una carta, al leer el sobre se sorprendió al saber que era de Zuko, jamás podría olvidar esa letra tan perfecta que tenía el ex Señor del Fuego.

Curiosa se apresuró a abrirla, Zuko le contaba acerca de una visita que hizo al Dragón del Jazmín, diciendo cómo había crecido el lugar incluso después de la partida de Iroh, relató la nostalgia que había sentido en el lugar, recordando como en el pasado llevaban a sus hijos al lugar cuando logran hacer un tiempo entre todas sus obligaciones, o como cuando en su juventud era el principal lugar de reuniones del grupo cuando encontraban el momento, finalizando con que esperaba poder volver a tomar el té con ella en algún momento.

Katara sintió sus ojos humedecerse ante los recuerdos y no tardó en buscar papel y hoja para poder escribirle de regreso.

"Será un placer aceptar tu invitación, espero poder verte en la próxima luna llena"

No podía sentirse más que emocionada por su encuentro.

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Zuko sentía lo rápido que pasaban los días hasta que llegó la hora de partir hacia el encuentro con Katara, llegó a la ciudad un día antes, para poder esperarla en el puerto el día que ella llegara.

A la mañana siguiente estuvo puntual, su corazón latió con fuerza cuando la vio saludandolo en el barandal del barco, cuando ella bajó le extendió la mano para ayudarla y luego la colocó en su antebrazo como el caballero que era.

Una vez estuvo instalada y la tarde llegó se dirigieron al hermoso lugar, Katara contuvo la respiración, el Dragón del Jazmin siempre le había parecido un lugar precioso, peroa ahora lo era aún más, se emocionó al ver una bella fuente que tenía pequeñas estatuas de su grupo cuando jóvenes.

"En honor a los valientes héroes que acabaron con la guerra de los 100 años" decía la inscripción.

– ¿Hace cuánto tiempo que no estoy aquí?– dijo Katara más para ella que esperando una respuesta.

– Diría que más de 30 años, este fue un regalo de mi nieto, usó como inspiración la foto que tengo en mis aposentos de una de nuestras tantas visitas a este lugar.

Ella pensó que había sido demasiado tiempo.

– Iroh... la última vez que lo ví usaba pañales, ahora debe ser un joven tan buen mozo como tú en tus mejores épocas.

Una nueva oportunidad (ZUTARA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora