Katsuki Bakugou.
Sentado en aquel club hablando con uno de los comerciantes para poder vender a las chicas, si que eran lindas esta vez había encontrado a unas muy buenas, muy bien cuerpo y cara.
—¿Que dices Dynamight? —Volteé a mirar al comerciante que la verdad no le había prestado nada de atención.—
—¿Que?
—Que si cerramos el trato.
—Si, si, esta bien. —dije mientras agarraba un trago, para beberlo sin pensarlo, esperaba a Zhamira, quería disculparme por la pelea que habíamos tenido pero no sabía cómo.—
—Bakugou, tenko está aquí. —volteé a mirar a kirishima, para luego observar cómo llegaban guarda espaldas junto con tenko.—
—Katsuki, al fin nos vemos. —dijo este mientras encendía un cigarro.— Tu y yo tenemos algunas cosas pendientes.
—¿Pendientes? Yo no te debo nada.
—Tienes algo que me pertenece, mi mercancía, ¿como era su nombre? Ya me acuerdo, Zhamira O'valle —Mire a este serio, para luego beber mi trago y poner el vaso de cristal boca abajo, silbe para luego ver cómo Zahrya entraba a la habitación junto con Zhamira.—
—¿Hablas de ella? Si es muy buena mercancía, tuviste muy bueno gusto, es preciosa, muy buen cuerpo. —dije mientras miraba sus curvas, para luego agarrarla de la mano y darle una vuelta—
—Sabes muy bien que no nos podemos quedar con la mercancía de los demás, ella es mía.
—No lo creo, debiste ir por ella en vez de mandar a tus estupidos secuaces, que por cierto deberías cambiarlos, no sirven para nada. —dije mientras los observaba.—
—¿Que tal si negociamos? —mire a este para luego, decirle con la mirada que se sentará lo cual hizo de inmediato.—
—Todos a afuera. —dije para que luego todos sacaran a los de la fiesta menos los guardias y los demás.—
—Es tú favorita ¿no?
—Si, las más consentida que tengo, es perfecta en muchos aspectos.
—Si que lo debe de ser, cien mil millones por ella, te entrego todo lo que quieras por ella. —mire a esta la cual estaba temblando, estaba a nada de ponerse a llorar.—
—Estas jugando con fuego.—el ambiente se puso demasiado tenso.— ¿cien mil millones? Eso no es nada con lo que tengo, escúchame bien tenko, ella es mía, mi mercancía, mi juguete, mi favorita, mi todo, no pienso entregarte algo por unos cuantos billetes, no, sabes que las cosas no son así.
—Estas perdiendo mucho dinero. —alce los codos en signo de que no me importaba.—
—Estas en mi territorio, aquí las cosas son como yo digo, mi negoció, mis reglas, la mercancía favorita del jefe no se puede tocar, es mía.
Dije para dar por terminado la conversación, no pensaba entregarla a nadie, es muy mía, yo solo puedo verla, tocarla. No iba a dársela a nadie, y muy pronto va ser mía de verdad.
Este se le acercó, lo mire de reojo serio, esperando que la tocase, no dudaría en explotarle el maldito cráneo.
—Serás mía en cuestión de tiempo estarás en mis manos, volverás a ser mía, y no habrá un Katsuki que este por medio, y no sabes las cosas que haré contigo, te haré sufrir de una manera que parecerá que un loco lo haya echo, lo disfrutaré tanto, disfruta tu estadía con Katsuki que no será por mucho tiempo, mira siempre donde estés por que yo estaré donde tú estés, ¡Zhamira O'valle será mía y nadie podrá evitarlo, ni siquiera tu Katsuki Bakugou!
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Tu voz es la melodía de mi camino ᥫ᭡ ;katsuki Bakugou
Fiction généraleEl camino no es la melodía de ella, no, tu voz es la melodía de mi camino Zhamira Ovalle, una adulta de 22 años, que vive en Alemania, toda su vida había sido agredida y golpeada por parte de su padre ya que su progenitora había muerto en un incend...