Capítulo 6

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§   HERA   §

Después de dejar la habitación de mi hermano me fui a duchar para bajar a desayunar.

Bueno, desayunar o lo que quieran que me dieran en el comedor, me conformaba con que fuera comida. Me daba igual de que tipo.

Grettel fue quién me sirvió mientras que mamá me hacía compañía. Según ella estaba a punto de subirme la bandeja del desayuno cuando aparecí por allí.

-¿Qué tal la fiesta de anoche? Creí que dormirías en casa de Aaron. –No tardó en preguntar cómo yo también sabía que haría.

-Ya... Cambié de planes en el último momento.

-¿Y cómo regresaste a casa? –La miré enseguida alzando las cejas.

¿Estaba queriéndome decir algo? Es decir, no se me hubiese ocurrido pensar que me preguntaría eso aunque tuviera su lógica. ¿Cómo diablos se supone que volví a casa? ¿En taxi?

-¿En taxi? –Fue justo lo que le respondí.

-¿Y me lo estás preguntando a mí?

Joder, ¿es que Spencer le había dicho algo?

-Alguien... Me trajo... Un amigo de Aaron.

-No estaría tomado, ¿no?

-¡No! Claro que no. Nunca me subiría en el coche de alguien que estuviera tomado.

Vale, quizás fuera mentira. ¿Pero qué más iba a decirle? Era mi madre, si le decía que no era cierto, iba a poner el grito en el cielo.

Además, Michael no estaba borracho. Sí tomado, porque habíamos bebido cerveza, pero no borracho.

No estaba bien igualmente, lo admito, pero era lo que había.

Y así era como volvía a pensar en el indispensable de Michael.

-Oye, mamá...

-¿Qué?

-Cuando tu le dejas tu número de teléfono a alguien y esa persona nunca se pone en contacto contigo, ¿qué significa? –Mamá frunció el ceño al no esperar esa pregunta.

-¿A quien le diste tu número de teléfono?

-Es solo una suposición... –Murmuré esquivando su mirada.

¿Por qué me importaba tanto que Michael no me hubiese hablado?

«Porque te mueres por tener su número. »

Eso no es cierto.

-Bueno... Pues supongamos que si eso pasa, será porque la otra persona no está interesada...

¿Michael no estaba interesado en mí? Claro que no. ¿Cómo iba a estarlo? Sí hasta él mismo lo había dicho.

-O porque se está haciendo el interesante. –La miré con más atención. –Lo cual no lo está haciendo porque cree que así llamará más la atención de la otra persona.

-Creo que no lo estoy entendiendo... – Murmuré haciéndola reír.

-Ese chico misterioso no te ha hablado porque se está haciendo de rogar, hija. Igual piensa que no debe poner las cosas fáciles para que así pienses más en él.

-Y-yo no he dicho...

-¿Qué seas tú? –Sonrió de lado acariciándome el pelo. –Soy tu madre, Hera. Te olvidas que te conozco mejor que nadie.

Resoplé cruzándome de brazos a pesar de que no estaba enfadada.

Lo último que quería era que mi madre supiera que andaba pensando en otro chico.

Agapē. Legado Beaumont. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora