§ HERA §
-Esto es una locura...
-Pero es divertido, ¿no? –Me encogí de hombros mientras que él seguía dejando la habitación patas arriba.
-¡No! –Grité un poco más alto de lo normal al ver lo que tenía en las manos. –No rompas nada...
-Hmm...
Michael dejó el pequeño trofeo donde estaba antes de coger la figura de plástico que había al lado y tirarla al suelo.
Su espléndida idea había consistido en desmantelar la habitación de Aaron. Obviamente él no sabría quién sería a menos que nos pillaran, pero aún así yo no estaba muy convencida de la idea.
-Venga, Hera. Vinimos a vengarnos de él. –Tiró de mí hacia el vestidor que había junto al baño. –Empieza por aquí.
-Es su ropa...
-¿En serio? Yo creía que esta ropa pertenecía a un perro. –Rodé los ojos antes de prestarle atención a las camisas perfectamente colgadas en las perchas.
Toda la ropa que usaba Aaron era de marca. No había ni una sola prenda que no fuera de una marca internacionalmente conocida.
¿Qué cara pondría cuando llegara a su habitación y encontrara todo hecho un desastre? ¿Cuando entrara al vestidor y viera toda su preciada ropa desordenada y tirada por el suelo?
-Trae aquí. –Le quité la percha que tenía en las manos para lanzarla al suelo y pisotearla con ganas.
-¿Ves? Esa es la actitud.
Una vez hecha la primera acción, las siguientes vinieron sin ton ni son.
Michael no tuvo que volver a insistirme en que hiciera algo, es más, me permitió hacer y deshacer a mi antojo en aquella habitación.
-Creo que nuestro trabajo aquí ha terminado, ¿no te parece? –Asentí con la cabeza sin dejar de sonreír al ver nuestra obra maestra. –Muy bien, ahora vámonos antes de que al...
-¿Pero qué diablos? –Mis ojos se abrieron como platos antes de que Michael me empujara a la pared mas cercana que teníamos con la intención de escondernos. –¡Aaron! ¡Tío, tienes que ver esto!
El individuo salió tan rápido como mismo había entrado en la habitación dejándonos un tiempo limitado para salir corriendo de allí.
-¡Van a descubrirnos!
-No lo harán. –Michael tiró de mí fuera de la habitación camuflandonos en medio de los invitados para llegar a su coche.
No sabía quién había entrado en la habitación de Aaron, pero habíamos tenido suerte de que aún nos encontrásemos dentro del vestidor cuando la voz del individuo apareció.
Llegamos hasta su coche con falta de aire como si hubiéramos corrido una maratón, pero eso no impidió que ambos nos miraramos y estallaramos en carcajadas.
¿De qué concretamente? No lo sabía, pero ninguno de los dos paró de reír hasta que no pudimos más.
-Tienes que admitir que esto fue muy terapéutico.
-Hmm... Me siento... Bien. –Asentí sin dejar de sonreír. Él me devolvió la sonrisa por primera vez desde que nos habíamos conocido.
¿Se podía ser más guapo?
-Venga, sube que te llevo a casa. –Mi ceño se frunció a más no poder.
¿Había escuchado bien?
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Agapē. Legado Beaumont.
Teenfikce"¿Cómo es posible que a alguien le cambie la vida de la noche a la mañana? Creemos tener una vida perfecta, con una familia perfecta y un novio perfecto, pero la perfección está mucho más lejos de la realidad. En mi vida todo iba muy bien hasta qu...