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—Miren quién regresó de su visita— la mencionada paz no duraba mucho por culpa de ciertos presos— nuestro príncipe bien portado.

Muchos consideraban la nueva actitud de Jungkook algo de lo que sospechar, permanecía tan tranquilo y evitaba cualquier problema, que era simplemente extraño para todos un cambio tan brusco en un joven como él. Lo único que permanecía igual era el hecho de que no hablaba con nadie.

Usualmente, si lograbas que Jungkook se enojase, te molía a golpes. Ahora parecía que nada podía provocarlo lo suficiente como para ganarse un golpe suyo.

Existía una frase en la cárcel, dicha frase era una sentencia para los nuevos reclusos acusados de abuso a menores, los mismos guardias la aplicaban en esos casos; llévalo con Jeon. Haciendo entender que era él quien se encargaba de darle su merecido a ese tipo de hombres, los golpeaba con toda su fuerza al punto de casi quitarles la vida, pero, solo casi, porque la muerte era un regalo para las personas malas que enfrentaban las consecuencias.

—Nos ha contado un pajarito que estás recibiendo ayuda psicológica, ya era hora.

—Tenían que haber hecho eso desde el primer día— no lo dejaban siquiera comer en paz— aunque ahora que eres un marica, pienso en qué fue mala idea.

Ellos eran conocidos de su tío, así que, se veía en la obligación de soportarlos.

—¿Es por eso que ahora optas por la paz? Hombre, tú eras el que apuñalaba a los tontos con lápices en carpintería, que carajos— hace una demostración con los palillos, ocasionando la risa de su compañero— ya no lo haces, que aburrido te has vuelto.

Le mira, sus ojos demuestran todo el fastidio que despiertan en él. Ve cómo se incomodan ante su gesto.

—¿Necesitas saber cómo se siente un filo en las bolas? Porque puedo hacerte el favor con gusto.

Una bandeja se acomodó junto a la suya, su tío palmeo su hombro, pidiéndole calmarse y regañando a sus amigos por querer provocarlo.

—Ya, ya— Jungkook tomó sus palillos, continuando con su almuerzo— ¿Cuál es la necesidad de molestarlo cuando está tranquilo? Hijos de puta.— tomó el bowl con arroz, cediendolo a su sobrino— Come, necesitas energía para soportar tres horas de pie— bufó— habrá un evento médico, van a revisarnos e informarnos sobre las enfermedades peligrosas que probablemente vamos a contraer porque vivimos en este cochinero.

Eso explicaba todo el esfuerzo por mantener las instalaciones impecables, Jungkook no dijo nada, se comió todo sin quejarse, se resignó a que su tío siempre iba a tratarlo como si fuese un niño, empezaba a creer que esa era la verdadera energía que desprendía pues por momentos, Minseo era igual, como cuando le colocó el gorro, la bufanda y los guantes y así evitar que pase frío.

Él, un tipo con músculo, alto y casi indestructible viendo como una chica delgadita, más baja que él y aparentemente sin fuerza, se preocupaba porque no agarrase un resfriado.

Resopló una risa, desconcertando a los presentes y cuando estuvo por mandarlos a  preocuparse por sus mierdas, sintió una quemazón en su espalda, se quedó estático y el silencio reinó en el lugar, también el aroma de la sopa de verduras llegó a su nariz, giró lentamente buscando el rostro del graciosillo y encontrándose con un par de caras que nunca había visto antes, parecían tan asombrados como él y todos los presentes en el lugar.

—¡Hijos de puta!— exclamó su tío, sacudiendo su brazo que había quedado empapado al estar sentado a su lado— Con la comida no se juega.

Los acompañantes de ambos culpables abandonaron la mesa en menos de un minuto, dejándolos a su suerte. Jungkook detuvo a su tío y negó con la cabeza.

𝗣𝗿𝗶𝘀𝗼𝗻𝗲𝗿 𝟭𝟯𝟬𝟳❝𝗷𝗷𝗸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora