Las calificaciones de los exámenes habían sido entregadas después de dos largos días de espera. Habían algunos felices por su buen resultado, mientras otros se quejaban por sacar una nota baja y a unos pocos les daba igual si estuvieron bien o no.
Este último era el caso de un pequeño Min Yoongi de 9 años, quien miraba con indiferencia la nota perfecta que se dejaba ver en la parte superior de su examen.
Muy al contrario de su amiga castaña, esta miraba su calificación baja con unas enormes ganas de llorar. Se había esforzado tanto por mejorar, pero al final las horas de estudio habían sido en vano. Sabía que le esperaba una gran reprimenda por parte de su madre y que sería comparada con su hermano mellizo, pues, aunque el chico no fuera el más destacado de su clase, sus calificaciones eran muy buenas comparadas con las suyas.
No quería volver a pasar por eso, no quería ir a casa.
Sin embargo se limitó a suspirar con desánimo, guardando sus cosas para volver -a regañadientes- a su casa.
El mal humor de la niña no pasó desapercibido por el pelinegro, él sabía que su amiga no lo había estado molestando casi todo tiempo, como solía hacer, porque estaba muy decidida a mejorar sus notas, y esos bajos ánimos solo significaban una cosa: ella había fallado.
La vio irse sin siquiera dirigirle una mirada, callada y atrapada en su propio mundo. Pensó en dejarla tranquila, en no molestarla siendo que parecía ya bastante malhumorada, pero una pequeña parte de él quería ir con ella, quería hacer algo por ella, tenía la extraña necesidad de ayudarla a sentirse mejor.
Así fue como terminó tomando con rapidez sus cosas para después salir corriendo, siendo lo más veloz que sus piernas le permitían para poder alcanzar a la castaña, por suerte llagando a tiempo, pues ella se encontraba en la entrada de la escuela esperando a su hermano.
Sonrió, pero al escuchar la estruendosa risa de cierto niño castaño que caminaba junto a sus amigos, se apresuró a tomar de la muñeca a su amiga para escapar y logrando que su hermano no los viera juntos. Todo bajo la mirada de una muy confundida Jung JiHan.
-¿Qué te sucede? -Cuestionó ella.
-Ah, es que...
De repente se sintió idiota, quería levantar los ánimos de la contraría, pero no pensó claramente en qué era lo que iba a hacer, o más bien cómo lo iba a hacer. Se mantuvo callado unos segundos, avergonzado por su repentina acción, hasta que escuchó una melodía proveniente del juguete de algún infante que pasaba cerca de ellos, una canción de un video juego.
Fue entonces cuando una brillante idea llegó a su cabeza, haciéndolo sonreír levemente y volviendo a sostener la muñeca de la niña.
-ven conmigo -Es todo lo que dijo antes de volver a correr, sin esperar alguna respuesta por parte de su amiga.
Avanzaron sin detenerse, aún cuando casi resbalaban al momento de cruzar una calle o cuando Yoongi por poco se choca contra un poste de luz, nada le iba a impedir realizar su objetivo.
No pararon hasta llegar al lugar que el pelinegro tenía en mente para pasar el rato. Al tener al fin aquel pequeño edificio frente a ellos, JiHan suspiró con cansancio y golpeo el brazo del chico.
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MEMORIES *MIN_YOONGI*
FanfictionJung JiHan, hija menor del director del hospital central de Seúl, se muda a dicho lugar para continuar con sus estudios junto a su hermano, luego de pasar 8 años en Japón. -Reescribiendo historia anteriormente publicada en fb. -No copias ni adaptaci...