𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝟣(Recuerdos.)

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—Siempre pensó que las cosas serian fáciles para ella y con dos pequeños en brazos, huyo de su casa cuando se entero, y todo por el miedo que sentía, sus hermanos jamás estuvieron con ella la persona que le dió el dinero y la ayudo a irse del país fue una mujer, la señora que la cuidaba tuvo también ayuda por parte de Wakasa que fue como un padre para ella; Jamás olvidara todo lo que hizo por ella, aún así siempre tuvo un pequeño dolor en su pecho ese dolor es provocado por a ver dejado su vida atrás, en especial al chico que amaba, aquel con aquella hermosa sonrisa. Algo que en el futuro estaría arrepentida, pero eso será para después, nunca para superar cuando trajo al mundo a sus hermosos mellizos. Su pequeño hiro y su linda Amelia. Amelia era hermosa ante sus ojos tenía unos bellos y grandes ojos esmeralda con una pálida piel pero su cabello era el más bello, era un rubio como El Oro tirando a cenizo igual que el de su padre. En cambio su hiro tenía unos ojos ónix que te atrapaban con solo verlo, sus largas pestañas rubias al igual que su precioso cabello y también su pálida piel como la suya, sus dos bellos ángeles no tenían idea que eran hijos del mismísimo diablo, pero cuando los conozca se volverán su debilidad.—

Entonces ya todo está listo, ufff... tengo un peso menos de que preocuparme, alistare todo para irnos rumbo a Japón, la casa ya está lista supongo. Perfecto! Nos vemos en el aeropuerto.— Una peli-rosa finalizó aquella llamada para sonreír en grande, era nada que senju Kawaragi, conocida como un icono de la moda por todo lo qué pasó logró cumplir sus sueños en ser una gran empresaria de la moda. También tenía una empresa de perfumes y de  cosméticos, mejor conocida como Sen cosmetics, unos cuantos pasos llamaron su atención para sonreír.—

Niños, es hora de que nos vayamos, las maletas están en el auto. Por favor, no hablen inglés a menos que sea necesario, vayan al auto.—

—H: ¿A donde iremos mami?, Amelia y a mi nos gusta Canadá.—Murmuró el rubio con el ceño levemente frunciendo a punto de hacer un berrinche, el cual fue detenido cuando su madre omega lo cargo, dejó salir un suspiro derrotado.—

A: Hiro tiene razón mamá.. nos gusta acá, pero debe ser que pasaste la empresa para allá.—Arrugó su nariz para llevar su mano hasta la falsa de su mamá y caminar con ella hasta el auto.—

—La peli-rosa solo se quedó en silencio para subir a ambos niños al auto, subió de copiloto para sólo dar la orden de ir al aeropuerto, las calles estaba totalmente nevadas, se veía muy lindo, miró por el retrovisor como ambos niños se habían dormido, una ligera sonrisa se puso en sus labios para poner su vista al frente. Con ayuda del chofer subió las maletas y a los niños los cuales los llevó a la habitación que tenía el jet privado. Cerraron la puerta y el jet empezó a despegar. Miro su móvil y respondió unos cuantos mensajes, después de revisar y responder dejo el móvil a su lado y se dispuso a cerrar los ojos para lograr dormir un poco. Las horas pasaron, sus ojos se empezaron abrir lentamente, miro la ventana y se sorprendió un poco al ver que era de noche ya, oyó la voz del piloto y suspiro al saber que estaban a punto de aterrizar.—

—Al menos ya estamos aterrizando... pfff de solo pensar que al fin estamos acá me emociono.—Sus palabras callaron cuando el avión tocó suelo, se levantó de su asiento para ir a la habitación y levantar a sus hijos, la sorpresa se la llevó ella al verlos despiertos y con una gran energía, ambos niños corrieron a su madre para abrazarla, la oji-esmeralda sonrió para tomar ambas manos y bajar del avión.—

Bienvenidos a Japón mis niños, en este lugar creció su madre.—

—A: Wow! Me gusta aquí es muy lindo!! Y también está nevando mamá!!—La rubia era la más entusiasmada, en cambio el cenizo no estaba tan feliz, solo quería que su mami lo cargara y lo mimara.—

H: Yo quiero irme ya... vamos a casa, mami cárgame.— La chica asintió para tomar en brazos a su bebé, el cual ya no era tan bebe, ya su niño tenía 12 años aunque para ella siempre será un bebé, un auto estaba esperándolos para llevarlos a casa, guío a ambos niños al auto para prender camino a su nueva casa. El viaje fue algo largo pero no aburrido, el auto se estacionó en una gran casa, tenía unas verjas negras, al fondo se veía una Casa Blanca con algunos tonos cálidos, un casa muy grande para sólo ellos tres, los niños bajaron corriendo para empezar a ver la casa con unas grandes sonrisas—

Miraba todo con determinación donde ahora estaban viviendo se suponía que era un barrio privado, o de personas con dinero como ella, el jardín era grande y muy espacioso, perfecto para ellos, de su bolso de mano buscó las llaves y abrió la casa para verla por dentro, por dentro era más bella. Los dos niños iban detrás de ella con sus ojos llenos de brillos, empezó a subir las escaleras hasta el segundo piso el cual solo tenía una mini sala y un balcón con dos habitaciones en ambas paredes, entro a la primera que decía "Pequeña reina" Esa habitación era la de su princesa Amelia, tenía unos tonos rosas en todas las paredes, una cama como la de una reina igual a la de una, un baño privado, una sala de juegos para ella, y un balcón el cual se mantenía cerrado, y un gran closet, también tenía una pantalla plana de 55 pulgadas. Oyó el chillido de emoción que dejó salir su hija y soltó una risita.—

A: Esto es hermoso!!! Como el de una reina!!!—

—H: Esta lindo, supongo.—

—Hiro cariño, vamos a ver tu habitación se que lo amarás.—

—Salió de la habitación de Amelia y abrió la puerta de lo frente que decía. "Pequeño rey" La habitación de hiro era un poco más grande, su cama era de un clon azul opaco con algunas cositas negras, sus paredes eran blancas con azul claro, sus colores favoritos, tenía un estante lleno de sus peluches junto con algunos carritos, tenía su baño propio y una pantalla de 100 pulgadas, debajo de la pantalla plana tenía un play, hiro amaba los video juegos, tenía un tapete negro y unos cuantos sofás para que se siente a jugar.—

Todo está muy hermoso verdad hiro?—
—H: Todo esto es perfecto mamá!.—

Para ella lo único que estaba bien en este mundo tan cruel y sucio eran las sonrisas de sus bellos hijos, sonrisas que pronto tendrá que compartir con el padre de ellos. Estaba segura que él se dará cuenta tarde o temprano de su regreso, y de sus hijos, manjiro no era tonto, y ella lo sabía, tampoco estaba lista para verlo nuevamente, le aterraba el solo tener que responder a sus preguntas.

𝐄𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐧𝐨𝐬 𝐮𝐧𝐞𝐧.(𝐌𝐢𝐤𝐞𝐲 𝐱 𝐬𝐞𝐧𝐣𝐮.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora