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1905

"Solo una más"

-¿bajarás a hacer la comida?- preguntó con voz cansada el hombre desde el marco de la puerta, Rachel vio a su marido tenía su cabello negro alborotado, su ropa de trabajo más sucia que antes y tenía una fina capa de sudor que lo cubría, en su mano derecha cargaba una hacha, respiraba agitadamente debido al arduo trabajo que venía haciendo desde muy temprano, sin embargo para Rachel era normal, su esposo estaba cumpliendo las tareas del campo.

Ella y su pareja vivían en una casita en su campito, la casita, pequeña pero bonita, se encontraba con su pintura un poco desgastada por el tiempo, hace dos años que ellos habitaban en ella y solo sacaron el polvo de las paredes y la lavaron, era una herencia de la abuela de Rachel, la cuál había fallecido hace ya bastante tiempo y no vió problema en heredarde la casita a su nieta, el campito, no era la gran cosa tampoco, pero era su campo y su esposo siempre se encargaba de mantener la huertita y los animalitos bien.

Si bien ellos también hubiesen querido mandar a construir su casa más grande y en un área urbana, no se arrepentían de dónde vivían ahora, el campo era relajante y su casita era cálida.

-tal vez luego- respondió apartando la vista a su máquina de escribir, tenía mucho que hacer y con eso me refiero a mucho que escribir, siguió tecleando con su seño levemente fruncido y la punta de su lengua siendo apretada por sus labios.

William suspiró, bajó sus hombros que dolían debido a los bruscos movimientos de sus actividades y a paso lento bajó al primer piso y seguido de eso salió al campo para realizar su siguiente actividad.

Rachel tomó un sorbo de su quinta taza de café, sin despegar los ojos de su reluciente máquina de escribir, para ella era una prioridad mantenerla limpia y vaya que lo estaba, lo único en esa habitación, el resto estaba desordenado y polvoriento, ligeramente, pero lo estaba, ella no se preocupaba solo seguía con su pasión, era lo único en lo que pensaba, se convirtió en su mundo cuando vio la oportunidad de ser más libre, lo cual fue cuando ella y William se casaron, hace dos años, algo pronto para gusto de ambos y sobre todo cuando fueron sus padres quienes le dieron la sorpresa de la boda.

Rachel siempre se sintió a gusto con William, él a pesar de "ese día" nunca se atrevió a tratarla como ella había visto que otros hombres trataban a sus mujeres para que siguieran las reglas, Siempre la amo y la aceptó.

Escuchó un ruido fuera de la casa, se levantó e inclinó levemente sin chocar tanto con el escritorio hasta poder ver por la ventana que tenía enfrente, vió como su esposo acomodada por montones la madera que había cortado y una vez hecho eso se sentó a quitarle la lana a las ovejas, ya era hora pues el verano estaba haciendo su aparición, ya no le dio importancia y se sentó a seguir escribiendo pero pensó en cuánto tiempo pudo haber pasado como para que su esposo ya haya terminado con la leña, ni siquiera miró la hora, se levantó quitándose sus lentes y pasando sus manos por sus ojos, bajó los veinte escalones que ya gritaban por una buena barrida e ingresó a la cocina que al igual que el lugar de estudio de Rachel, la escalera, y el resto de la casa, necesitaba ser limpiada.

Se estiró, sentía su cuerpo entumecido gracias al tiempo que estuvo sentada y tomó un vaso de agua helada, tanto café le iba a hacer daño.

Una vez que dejó el vaso estaba dispuesta a subir y seguir escribiendo, pero se detuvo al ver a su esposo el cual seguía con su tarea, sirvió agua helada en el mismo vaso en el que había tomado y se lo llevó a su esposo.

William tomó el agua en un dos por tres y dejó el vaso en el suelo, Rachel estaba recostada en la pared Mirando a las ovejas, sin nada que decir, durante el día casi no hablaban, ella se la pasaba escribiendo y William no solo realizando las tareas del campo, sino también intentando mantener la casa estable.

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