02

26 3 0
                                    

"Aquí vamos de nuevo"


William terminó de ajustar su corbata, miró su reflejo en el espejo, su traje marrón bien acomodado viéndose muy bien en él, haciendo una perfecta combinación con su moño y sus zapatos, se veía en verdad elegante.

Hoy se vió obligado a terminar con sus actividades temprano, pues era 12 de julio, el día de la reunión en la casa de los Campbell, se levantó más temprano de lo normal e hizo sus actividades más rápido de lo normal, tampoco tuvo un descanso, en vez de eso lavó el traje que ahora llevaba puesto y lo planchó para verse presentable, a eso de las cinco de la tarde se hizo un sándwich, estaba hambriento debido a que la noche anterior no había cenado, Rachel siguió escribiendo y al parecer se olvidó de la cena, mientras que él no tenía tiempo de preparar algo con todas sus actividades, una vez terminó de comer a eso de las seis se dio una ducha y se vistió, ahora se encontraba listo para la reunión.

-Rachel, ¿estás lista?, debemos irnos en media hora.

-Ya casi estoy- Suspiró- en verdad no quiero ir.

-Escucha... iremos y volveremos, no nos quedaremos mucho tiempo ¿de acuerdo?.

-Pero aprovechemos de comer allá cuando volvamos, voy a escribir.

-Está bien...

Narra Rachel:

No piensen mal, tenía mis razones para no querer asistir, me gustaría no ser alguien rencorosa pero no es así, al contrario de mi mamá Ella es muy buena para olvidar y dejar todo en el pasado.

Martín Campbell, estuvo a cargo de la construcción de la casa de mis padres cuando ellos se casaron, para ese entonces era alguien muy unido a ellos y contaba con la misma edad de mis padres, tres años después yo ya había nacido y Martín Campbell se había mudado con su mujer a Roma para una mejor vida, según lo que me habían contado mis padres su profesión estaba en el mejor momento para dar frutos y tenía que buscar oportunidades, sin embargo ocho años después en los que ni siquiera se comunicó volvió como alguien irreconocible a quitarle la casa a mis padres, yo apenas tenías mis once años Pero recuerdo que la discusión fue horrible.

Campbell insistía en quitarle la casa a mis padres porque él la había construido y además mis padres eran menores de edad cuando lo hizo, por supuesto fue imposible quitárselas pues al fin y al cabo la casa estaba al nombre de mis padres.

La esposa de Campbell nunca se presentó en ese tiempo, una vez la relación de Martín y mis padres ya estaba rota, tanto de amistad y de trabajo, siendo así mucho tiempo, su esposa, Olivia Campbell, apareció en la casa de mis padres dos días después de haberme casado con William, mi mamá Vino a mi casa a contarme que hasta se había arrodillado pidiendo perdón en nombre de su esposo, mamá le recalcó que no éramos una familia rencorosa pero que era Martín quien debía pedir perdón personalmente.

Para sorpresa de todos nosotros, unas dos semanas después de eso recibimos la invitación de los campbell a una reunión en donde Martín se encargó de pedirnos perdón y aunque pensamos que solo era por esa vez, como pueden, ver no fue así.

-Rachel debemos irnos.

-Claro...

Una vez terminé de ajustar mi vestido a mi cintura me miré en el espejo y salí con William.

UN MUNDO Y UN LIBRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora