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"Solo un recuerdo"

1896

Invierno, la época de sopa, café y abrigos, una época en donde lo único que querrías es estar en tu cama cubierto de sábanas y con un chocolate caliente, los paisajes, aunque fueran totalmente coloreados del brillante y pulcro color blanco, no dejaban de ser cautivadores, sobre todo si tenías la vista de un bosque que hacía competencia con aquellos de fantasía, en medio del bosque habitaba una casa parecida a una cabaña acogedora, dentro de esta el ambiente es cálido, el olor al chocolate caliente te trae paz, sin embargo, la voz de una mujer en una de las habitaciones no concuerda con el resto de la descripción.

-¡Dos horas!- gritó la mujer a su hija que estaba sentada frente a ella, una jovencita de quince años, con un cabello largo y ondulado de envidiable color carmin, piel cuidada y delicada, blanca como la nieve que adornaba el bosque y ojos rascados iguales a los de un águila.

-Debido a que no te presentaste, deberás tomar cuatro horas mañana y...¡ escúchame Rachel!

-Te estoy escuchando madre- dijo con su cabeza gacha.

-Si esto vuelve a repetirse, aumentaré las horas de tu clase de cocina.

-Sí madre...

-Ya te lo he dicho, es extremadamente necesario saber los secretos más apetecibles de la cocina para-

-Para que mi esposo pueda quedar satisfecho con la comida que prepararé para él...

-Excelente.

El timbre de la casa sonó haciendo que Rachel alzara la cabeza.

-¡Oh! Rachel, William ha llegado- decía su madre emocionada haciendo levantar a su hija para acomodar su vestido, Rachel sonrió, su novio y futuro esposo había llegado.

-Volveré para la cena madre- hizo una reverencia y se fue corriendo.

Después que Rachel tomara su abrigo, la pareja se encontraba caminando en el bosque, uno al lado del otro, disfrutando del frío que no lograba ser demasiado debido a estar bien abrigados, se encontraban en una paz absoluta, mientras escuchaban sus pisadas en la nieve y de vez en cuando, uno que otro animalito se pasaba por los árboles o por sus pies, si bien Rachel antes se encontraba totalmente estresada y desanimada debido a todas las tareas y órdenes que debe cumplir, ahora se encontraba más tranquila, debido a que estaba fuera de su casa, sin su madre molestándola, sin embargo su ceño seguía levemente fruncido, por lo que William decidió hablar al ver que ya la paz estaba tornándose en un silencio incómodo.

Pensando un poco en lo que iba a decir, pues sabía que a Rachel no le gustaba mucho hablar de todo lo que pasaba dentro de su casa al momento de salir, pues esta simplemente quería olvidarlo todo y sumergirse en la paz que le brindaba el silencio del bosque. Lo que el menos quería era hacerla sentir incómoda con preguntas que involucraban todo lo que pasaba dentro de su casa, sin embargo se preocupaba mucho por su novia, así que suspirando habló.
-¿Terminaste las tareas de hoy?- miró a Rachel, esperando a que hablara o que sus expresiones le dieran la respuesta, al ver que esta suspiraba pesadamente supo que no le diria nada bueno, por lo que se arrepintió de haberle hecho la pregunta.

Después de unos segundos, largos segundos de silencio estuvo a punto de disculparse, sin embargo Rachel lo interrumpió.

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