||Capítulo 115||

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✭~𝐿𝑎 𝐸𝑚𝑝𝑒𝑟𝑎𝑡𝑟𝑖𝑧 𝐷𝑖𝑣𝑜𝑟𝑐𝑖𝑎𝑑𝑎~✭

"¿Qué Quieres Qué Diga? (2)"

Senju pasó una página del cuaderno de bocetos. La diseñadora observó con ojos nerviosos cómo la joven miraba casualmente sus elaborados dibujos, y tragaba secamente en anticipación a la respuesta de Senju.

Senju era querida entre los nobles y los plebeyos. Todos los diseñadores querían que usara su vestido para el baile.

--Huuu.....

Senju suspiró.

--¿No le gusta?

La expresión de la diseñadora se volvió cabizbaja. Senju sacudió la cabeza y cerró el cuaderno de bocetos.

--Si, no me gusta. Es muy bonito.

La diseñadora, que había querido llorar, se sintió de repente desconcertada. ¿No le gustó porque era bonito?

--Quizás.....¿le gustaría un estilo más simple?

¿Senju tenía preferencia por ese tipo de estilo? ¿No le gustaban los vestidos que eran demasiado bonitos?

Senju volvió a negar con la cabeza.

--No.

La diseñadora estaba perpleja, pero Senju pronto hizo un gesto con su mano para que se marchara.

La diseñadora se fue, y Senju dejó caer su frente sobre un cojín del sofá con un pesado suspiró. Tenía que elegir un vestido de debutante para alguien que detestaba, así que, ¿cómo podría decir que cuánto más bonito era el vestido, menos le gustaba? Senju no quería dignificar a Rivetti ni siquiera con un pequeño pañuelo.

--Si no hay nada que quiera elegir, ¿deberia seguir buscando?

La Vizconde Verdi se sentó junto a Senju. Aunque la Vizcondesa inicialmente se mostró reacia a ella, había estado tratando de mantenerse cerca después de que Senju quedará embarazada del bebé del Emperador.

--No es eso.

Senju cerró los ojos y respondió en un tono hosco. Fue entonces cuando fueron repentinamente interrumpidas.

--¡Señorita Senju, Señorita Senju!

La sirvienta Delise irrumpió en la habitación. Era una de las dos sirvientas recién asignadas a Senju. Aunque Delise no tenía experiencia como sirvienta, amaba a su señora, era dedicada y estaba muy motivada. Por eso, y por el hecho de que no tenía experiencia, Kisaki la había elegido.

--No hables tan fuerte, Delise.

A pesar del regaño de la Vizcondesa Verdi, la sirvienta simplemente se encogió de hombros.

--Está bien. ¿Qué pasa, Delise?

Senju esbozó una sonrisa amable, y Delise se acercó rápidamente a ella.

--Su Majestad la Emperatriz pronto organizará una fiesta de té.

--¿Fiesta de té?

Senju miró a la Vizcondesa Verdi, quién cálculo las fechas en su mente por un momento antes de hablar.

--Si. Suele celebrar una fiesta de té en esta época para las jóvenes damas de la capital.

Senju miró al suelo. Sabía que no debía esperar una invitación.

--Entonces, ¿qué hago? La Emperatriz no invitará a Senju.

--No se preocupe, ella enviará las invitaciones ahora. Sin duda será invitada.

Senju sabía que no debía tener expectativas, pero se aferró a una pizca de esperanza. Aunque la Emperatriz claramente la odiaba, todavía tenía un sentido de dignidad. Ignorar a Senju tan abiertamente podría causar que la Emperatriz pareciera fría y perdiera prestigio.

Sin embargo, mientras los rumores de que otros nobles recibían invitaciones se esparcían, ninguna invitación llegó a Senju.

Cuando el Duque kazutora vino a visitarla, ella finalmente estalló en lágrimas.

--Senju es la persona más impotente aquí. La Emperatriz está tratando de aislar a Senju. --¿Qué sucede, Señorita?

Después de enterarse de la fiesta de té, el Duque kazutora chasqueó la lengua.

--La persona más influyente en la sociedad no debería tomar la iniciativa de ignorarte. No es diferente de la intimidación, ¿No?

--Si. La Emperatriz es ese tipo de mujer.

Senju sollozó empapada en lágrimas.

--¿Has encontrado padres adoptivos para Senju?

--Mmm. Aún no. Las condiciones deben cumplirse lo mejor posible.

--¿Condiciones.....?

--Tengo que encontrar a una persona que realmente haya perdido un hijo.

--¡Ah!

--Déjamelo a mi. Más importante aún, ¿cómo vas a manejar esto?

--¿Manejar esto?

--La Emperatriz está tratando de deshacerse de ti. ¿Simplemente te dejarás lastimar?

--Pero....Senju no ha sido invitada.

--Si. Es mejor no ir de todos modos.

--Entonces, ¿qué debería hacer Senju?

Más lágrimas amenazaron con derramarse de sus ojos.

--No me digas que intente hacerme su amiga. Ya lo he intentado lo suficiente.

Había una cálida sonrisa en los ojos del Duque kazutora mientras se sentaba más cerca de Senju.

--Organiza una fiesta de té el mismo día que la Emperatriz.

Si Kisaki exudaba un carisma frío y arrogante en el apogeo de su poder, el Duque kazutora era exactamente lo contrario. Aunque tenía un alto estatus social, no le importaba rebajarse al nivel de otras personas cuando era necesario. Las mejillas de Senju se enrojecieron cuando el Duque kazutora la miró a los ojos.

--No sirve de nada hacer una fiesta el mismo día. Los nobles nunca elegirían a Senju sobre la Emperatriz.

--Exactamente.

--Entonces, ¿por qué esa sugerencia? Senju quedaría como un chiste.

--Si no haces nada, no pasará nada.

--Entonces, ¿quieres que quede como un chiste?

Ella lo miró desconcertada, el Duque kazutora sonrió y sacudió la cabeza.

--Es para obtener simpatía.

--¿Simpatía....?

--La Emperatriz invitó a los nobles pero no a la concubina del Emperador.

--¿?

--Míralo de esta manera: la Emperatriz y la concubina celebraron una fiesta de té el mismo día, pero los nobles no fueron a la fiesta organizada por la plebeya. Fue por culpa de la Emperatriz.

El Duque kazutora sonrió peligrosamente y presionó su dedo en el extremo del sofá.

--¿Te sientes diferente ahora?

--¡Ah!

--Como le dije, es a los plebeyos a quienes debes agradarle, y ellos no saben nada sobre la nobleza. Si vas a llegar tan lejos para crear rumores, entonces crea una historia que sea emocionante.

--¿Crear una historia....?

--Digamos que la Emperatriz deliberadamente organizó una fiesta de té el mismo día que tú.

--¡!





Continuará.....

★La Emperatriz divorciada★ •Manjirō Sano•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora