||capítulo 8||

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✭~𝐿𝑎 𝑒𝑚𝑝𝑒𝑟𝑎𝑡𝑟𝑖𝑧 𝑑𝑖𝑣𝑜𝑟𝑐𝑖𝑎𝑑𝑎~✭

"La Cuestión De Una Dama De Compañia (1)" 

--Su majestad, el gran duque Lilteang le ha enviado un regalo de seda de una tierra extranjera.

Las damas de compañia habían terminado de prepararme para el día antes de lo habitual, así que me senté con ellas mientras tomaba el café del desayuno. Mientras tanto, el príncipe Lilteang había enviado a un sirviente con un regalo.

Levante la vista de mi taza de café y examine el artículo en las manos extendidas del sirviente. Era una hermosa tela de seda azúl que brillaba como las escamas  de un pez sable.

Suspire y dejé mi café. La seda se veía hermosa y costosa, pero era difícil aceptarla considerando las intenciones del remitente.

El príncipe Lilteang era el tío de kisaki, y dos años mayor que su sobrino. Aunque no tenía ningún deseó de ser emperador, me sobornaba regularmente y pedía favores desde que me convertí emperatriz. Si yo aceptaba el regalo, de seguro habría demandas difíciles asociadas.

--Gracias, pero dígale que no puedo aceptarlo por qué causaría un malentendido.

Esto había ocurrido muchas veces antes, y el sirviente sonrió torpemente como si también lo esperara. Murmuró un respetuoso "Si" y dio un paso atrás.

--El caballero no se ha cansado todavía.

Cuando la puerta se cerró, la condesa Hina dijo lo que pensaba y las demas se echaron a reír. La atmósfera estaba nuevamente muy tranquila.

Inesperadamente, un visitante fue anunciado, me dirigía al palacio central después del desayuno cada mañana, así que pocos visitantes venían temprano. ¿Pero dos personas en una mañana? Permiti la entrada del visitante, aunque seguía siendo curioso.

Afortunadamente, el segundo visitante no era un sirviente de un noble que ofrecía soborno, sino un funcionario que vino a coordinar la agenda del día. No fue una tarea difícil, y después de intercambiar algunas palabras se fue.

Para mi sorpresa, apareció un tercer visitante.

Esta vez, fue Senju, a quien pensé que rara vez me encontraría cara a cara.

--¿Senju? ¿en serio?

Mire al guardia con sorpresa. Inclino la cabeza Y respondió "si" con una mirada de desprecio. La condesa Hina chasqueo su lengua  de nuevo.

--¿Por qué se atreve venir aquí?

El guardia no lo sabía; Solo permanecía Junto a la puerta y anunciaba la llegada de los visitantes. Sin embargo, parecía que se sentía responsable al darme la noticia, y tenía una expresión de vergüenza en su rostro. La condesa Hina se volvió hacia mi con ansiedad.

--¿La recibirá, su alteza?

--Bueno....

A decir verdad, no quería verla en absoluto. ¿Por qué debería estar obligada a recibir a alguien que solo heriria mis sentimientos? Algún día, podré reírme y hablar con kisaki aunque tenga muchas concubinas hermosas a su lado. Sin embargo, ese momento no era ahora, y aún me resultaba difícil tratar a la amante de kisaki de una manera fácil.

★La Emperatriz divorciada★ •Manjirō Sano•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora