𝐜𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒

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Era viernes, me levante por el sonido de mi alarma, o más bien, de las muchas que tenías, pero sólo me desperté con una.

Eran las seis de la mañana, tenía que entrar a la universidad a las siete y media.

Vivía muy lejos de esta así que me tenía que levantar muy temprano, cuando me desperté, fui directo al baño para bañarme, no había podido hacerlo ayer porque cuando llegue a mi casa estaba muy cansada.

Luego de bañarme elegí cualquier prenda que encuentre, había tardado treinta minutos, agarre mi mochila que había preparado ayer a la madrugada.

Cuando baje las escaleras me encontré con mi padre súper tranquilo, desayunando unas tostadas y al lado una medialuna. Lo salude y nos subimos al auto, luego de como media hora de viaje llegue.

―chau, pa ―me despedí de él y luego abri la puerta para adentrarme a la universidad, pero él volvió a hablar.

―a las cuatro te paso a buscar ―me informó, y yo asenti con la cabeza.

Me di vuelta y entre al edificio, me quedaba varias horas pero no me importó, me interesaba mucho mi carrera así que era mejor para mi.

Pase todo el tiempo escribiendo mis apuntes, mientras me llegaban muchos mensajes, los ignore todos y puse mi celular en silencio.

Luego de varias horas ya había terminado, agarre mis cosas y me fui a esperar a mi viejo.

El tiempo pasaban y yo seguia esperándolo, lo llamaba y no le llegaban, ni una, me empecé a preocupar.

Pero recordé que él siempre dejaba su celular apagado mientras dormía, así aye solo le reste importancia.

Entré a mis mensajes y vi que eran todos de mi mejor amigo, diciéndome que me esperaba en su casa, había olvidado que me dijo que vaya a las tres.

Agarre mi mochila y empece a caminar hasta la parada del colectivo, por mi suerte llegó más rápido de lo que esperaba, así que emprendí un viaje de quince minutos hasta su casa.

Cuando llegue, toque timbre y rápidamente me abrió.

―hola linda, ¿que pasó? ―me saludo abrazandome de la cintura y yo del cuello.

―estaba esperando a mi viejo.

Cuando entré me di cuenta que estaban sus amigos en su patio.le reste importancia y solo deje mi mochila en el sillon.

―¿me invitaste por ellos? ―le pregunte, mirándolo a los ojos.

―asi los conoces, te van a caer bien, dale  ―me respondió copiando mi acción.

―con las que conozco estoy más que feliz  ―le sonreí, ya que era para él y otros amigos.

―ya se, pero más personas copadas no te van a hacer mal ―me sonrió, de forma que les de una oportunidad.

Asenti con la cabeza, y nos dirigimos a su patio.

Entre las personas que habían solo reconocí a tres de ellas, Juani, Blas y Simón. Las demás las conocía de cara nomas, algunos por suerte sabia sus nombres.

Había una fuerte música y muchos tragos, no le pude decir que no, me servi uno y me senté en la ronda, junto con Matias.

―hola ―salude a todos con la mano ya que eran muchos.

Todos se empezaron a presentar.

―¿y cuántos años tienes, kie? ―me pregunto Enzo.

―diecinueve.

𝐦𝐢 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐚𝐥𝐝𝐨 | matias recaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora