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Pequeñas escenas porque no puedo dejar la historia en este estado :(



Geto pasaba las páginas de su libro mientras dejaba que su pelo fuera peinado por su hija. Hacía un día cálido con un poco de viento, pero eso solo hacía que la escena fuera más cálida y cómoda.

Mimiko quien descansaba a pies del azabache con los ojos dormida y Nanako, que era quien peinaba el cabello con total delicadeza.

-Oiga señor Geto.- Empezó a hablar la rubia.- ¿Alguna vez ha tenido algún amor?-

La preguntó sin ninguna duda desconcertó a Suguru distrayéndolo de su lectura.-¿Para qué quieres saber eso?- Evadió la pregunta con una suave sonrisa.

-¡No lo niega! ¡Entonces sí tuvo algún romance!- Asumió Nanako con una gran sonrisa entusiasmada.

Mimiko quien parecía estar dormida abrió los ojos para poder prestar más atención a la conversación. También le había causado curiosidad quien fue la afortunada de ser la amada de Geto.

Suguru al ver que ambas chicas no ibas no iban a cesar suspiró.- Se llamaba ___________.- Empezó a explicar.

-¿Y era guapa?- Preguntó Nanako aún peinando el pelo de Suguru.

-La más guapa que he podido conocer nunca.-Respondió Suguru con una sonrisa nostálgica. La mención de tu nombre evocó recuerdos de tiempos pasados, llenando el momento con una mezcla de melancolía y cariño.

-¿Es fuerte?- Preguntó Mimiko abrazada a su peluche.

-Bastante, siempre quiso ser de grado especial para poder derribar la jerarquía de los hechiceros de altos rangos.- Recordaba los momentos en los que insultabas a cualquier pez gordo sin temer a las consecuencias.

-¿Cómo os conocisteis? ¡Seguramente fue muy romántico!- Asumió la rubia.

-Para nada, fuimos compañeros durante bastante tiempo, no fue hasta el primer mes que me fijé en ella.- Admitió algo avergonzado.

-¿Enserio señor Geto?- Preguntó con una risa burlona Nanako.- ¿Y cómo le confesó sus sentimientos?-

-De hecho fui yo quien me declaré a ella.- Ambas parecían muy sorprendidas ante la declaración de Suguru.--Estábamos peleados por mi culpa, la llevé a un sitio que ambos frecuentamos habitualmente. Me disculpé y le dije que la amaba.- Suguru compartió más detalles sobre aquel día especial, permitiendo que Nanako y Mimiko se sumergieran aún más en la historia.

Nanako y Mimiko, encantadas por la historia romántica, se deleitaban con cada palabra de Suguru. La mención de tu nombre llenaba la atmósfera con una mezcla de emociones, desde la alegría hasta la melancolía.

-¿Y qué dijo ella?- Mimiko preguntó con ansias, totalmente inmersa en la narración.

-Primero me insultó por haberla ignorado, pero luego me abrazó, seguidamente me declaré y nos besamos.- Suguru relató con una sonrisa, reviviendo en su mente ese momento único.

Nanako suspiró con admiración mientras continuaba peinando el cabello de Suguru.

-¡Es tan romántico! Quiero tener una historia de amor así algún día.-

Mimiko, por otro lado, se acomodó más cerca de Suguru y preguntó con curiosidad.

-¿Y dónde se encuentra ella ahora?- Geto suspiró melancólico.

REGRESA A MI| Geto x lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora