Prologo

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El sol se ocultaba en el horizonte, tiñendo el cielo de París de sangre. Los pájaros volvían a sus nidos y los niños entraban a sus casas. Pronto la ciudad quedaría sumida en las sombras de la noche.

Pero esta no sería una noche cualquiera. Una sombra saltaba veloz entre los tejados, moviéndose con una gracia sobrenatural. Sus ojos brillaban con un resplandor felino, cargados de una ira que amenazaba con estallar en cualquier momento.

Kitty Noire había sido akumatizada. Ahora se hacía llamar Kitty Blanc, vistiendo un traje claro como la nieve. Su piel parecía iluminada desde dentro por una luz espectral.

Con un salto sorprendentemente poderoso, cayó sobre una plaza cercana. Sus garras destrozaron el asfalto como si fuera mantequilla. Los autos volcaron violentamente y la alarma se disparó.

- ¡París me pertenece! -bramó Kitty Blanc, enfrentando con furia su mirada a los ciudadanos petrificados-. ¡Nadie volverá a lastimarme jamás!

La destrucción apenas comenzaba. Ladybug debería darse prisa si quería detener a su enfurecida compañera antes de que fuese demasiado tarde. La noche prometía ser larga y oscura...

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