Capítulo 5

124 9 3
                                    


Ladybug se llevó los dedos a la mejilla, aun sintiendo el calor de los labios de Kitty. Su mente era un torbellino de emociones contradictorias.

La situación se le había escapado de las manos. Necesitaba un plan, pero con Kitty jugando con sus debilidades sería difícil concentrarse.

Decidió alejarse para pensar con claridad. Le dolía abandonar a su compañera en ese estado, pero debía proteger París. Y a sí misma de caer en la confusión.

Desde lo alto de un tejado, observó a Kitty con el corazón en un hilo. Su minou estaba tan presa de los oscuros sentimientos del akuma.

"¿Dónde está el objeto?" se cuestionó buscando una pista. De pronto notó un nuevo detalle en las garras de Kitty.

Un anillo plateado.

"¡Ahí!" exclamó para sí. Todo este tiempo había estado delante de sus ojos.

Necesitaba un plan cuidadoso. No debía caer otra vez en sus provocaciones. Con sigilo, ideó la forma de quitarle el anillo sin lastimarla. Esperaba que, al liberarla del hechizo, su verdadera Kitty regresara a ella.

Se acercó despacio. -Kitty, ven conmigo. Es hora de liberarte. Confía en que haré lo correcto -susurró con suavidad, ofreciendo su mano.

Kitty se acercó aún más, colocando su frente sobre la de Ladybug. Sus labios estaban a pocos centímetros de los de ella. Ladybug contuvo su respiración, sintiendo el calor del aliento de su amiga.

Kitty alzó un dedo para acariciarle la mejilla, Ladybug se estremeció ante su toque. Kitty sonreía maliciosamente.

"¿Te gusta cuando te acaricio así de cerca?" -preguntó de forma sensual.

Los latidos de Ladybug se aceleraron ante la íntima cercanía. Sabía que cada gesto de Kitty buscaba confundirla y debilitar su voluntad.

Inspiró hondo para concentrarse, ajena a todo excepto su objetivo. Le sostuvo la mirada con calma.

-Solo yo puedo liberarte. Confía -dijo acariciando su máscara negada con delicadeza-. Déjame ayudarte, minou. Juntas somos indestructibles.

Lentamente encerró su mano alrededor de la de Kitty, atrapando con suavidad el anillo entre sus dedos. Su compañera tensó los músculos, pero no hizo ademán de apartarse.

En sus ojos azules asomaba una súplica muda. Ladybug sonrió con ternura. -Ya casi termina. Resiste un poco más -susurró como un secreto entre ambas.

Kitty la interrumpió tirándola al piso, frotándose sobre ella se manera provocativa.

La caída tomó por sorpresa a Ladybug, quien no pudo evitar sentir el cuerpo firme y las curvas de Kitty encima de ella. Ladybug se contuvo, aun sintiendo el mismo calor que había sentido antes.

Cerró sus ojos, resistiendo una nube oscura de pensamientos. No debía caer en sus provocaciones, debía liberar a Kitty.

Kitty empezó a acariciarle el pecho, casi tocando las curvas por completo.

"Sabes que te gusta..."- susurró Kitty.

Ladybug podía sentir como se tensaba el cuerpo de Kitty sobre el suyo, acariciándola de forma sugestiva. Su cercanía estaba despertando emociones que intentaba ignorar.

Inspiró hondo para calmar su acelerado corazón. Debía enfocarse en lo importante: liberar a su compañera del akuma. Nada más importaba en ese momento.

Tomó con firmeza las muñecas de Kitty, inmovilizándola sin lastimarla. Miró fijamente sus ojos, ahora de un azul tormentoso.

-Basta ya, minou. Sé que estás ahí adentro -dijo con calidez, aunque su voz temblaba-. Confía en mí, como siempre lo has hecho. Te sacaré de la oscuridad.

Kitty Noire inesperadamente le lamió el cuello de manera sensual, lo que hizo a ladybug soltar un chillido.

- ¿Interrumpimos algo? - dijo una voz masculina, Ladybug sintió que se moría de vergüenza. Ladybug vio a su equipo, venían a enfrentar a Kitty, la chica akumatizada solo río, posando sugestivamente sobre Ladybug con claras intenciones de avergonzarla.

-Veo que por fin se unieron a jugar...- Bromeó ella, con su característica sonrisa juguetona.

Kitty se levantó lentamente de encima de Ladybug, estirándose perezosamente cual felino. Le lanzó una mirada burlona.

-Qué pena que la diversión haya terminado tan pronto, bichito -ronroneó sensualmente-. Pero esto no ha acabado, claro que no.

Se acercó de nuevo a Ladybug, inclinándose para susurrarle al oído. -Cuando menos te lo esperes, volveré a lo que habíamos empezado -prometió con malicia-. Y entonces, nadie podrá detenerme.

Se alejó despacio, con pasos felinos, sin dejar de mirar sobre su hombro a la heroína tendida en el suelo. Sus ojos azules centelleaban con un fuego oscuro.

-Hasta pronto, Ladybug... -susurró Kitty lamiéndose los labios con deseo. Y antes de que nadie pudiera reaccionar, se escabulló hábilmente por entre las sombras de los techos.

Ladybug se quedó sin aliento, su corazón desbocado. Las palabras de Kitty resonaban con un peligroso poder de seducción. Sacudió la cabeza, decidida a no sucumbir a sus provocaciones.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 25 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Gatita perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora