Capítulo IV

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—Me gusta tu papá.

Muchos acontecimientos habían sucedido desde la última vez que Jaehyun y Doyoung se habían despedido frente la casa del omega y en presencia de Sungchan. Doyoung deseó haber tenido poderes para desaparecer por un momento al alfa joven y plantarle un beso a ese guapo alfa adulto que transmitía tanta sinceridad a través de esos ojos llenos de confusión ante los descarados intentos del omega por flirtear con él.

Porque sí, Doyoung había estado flirteando con Jaehyun desde el primer día que lo vio siendo tan lindo y un tanto torpe a la vez ante la presencia de un omega. Y quería creer que era únicamente debido a él.

En sus 25 años no había conocido a un alfa tan peculiar. Su lobo y él de inmediato supieron que querían a Jaehyun solamente para ellos. Tampoco pasó desapercibido para el inteligente omega el lobo de Jaehyun y el alfa mismo quienes también habían sentido lo mismo desde el inicio. Cada palabra y acción proveniente del alfa lo delataban aunque inútilmente trataba de ocultarlo. Ello solo aumentaba la creciente curiosidad de Doyoung.

Sin embargo, se preguntaba por qué ese apuesto alfa no hacía ningún movimiento. En esa primera cena había quedado en claro que no tenía un omega en casa y tampoco una pareja actual. Necesitaba de un lindo omega y Doyoung estaba seguro que era la mejor opción. Así que no tuvo reparos en coquetear con él, porque sí había algo que caracterizaba a Doyoung es que era perseverante y siempre obtenía lo que quería.

Jaehyun parecía no captar ninguno de sus flirteos ya que solo atinaba a sonreír tímido o quedarse en un limbo lleno de interrogantes que se reflejaban en su rostro. El alfa tenía suerte en haber causado una buena primera impresión en Doyoung. El omega quería obtener más información de Jaehyun. Quería pasar más tiempo con él para realizar cualquier movimiento que pusiera en jaque mate al alfa, pero su hijo suponía una tremenda traba para su propósito.

Jeong Sungchan.

No quería preguntarle directamente al alfa joven porque no sabía cómo reaccionaría. Prefería evitar cualquier drama innecesario a raíz de que desde hace algunos días atrás había escuchado de que a Sungchan le gustaba un omega en la clase que compartían y no podía ser otro que él puesto que el alfa lo seguía para todos lados. Y no iba ser él quien rompiera el corazón del hijo de Jaehyun. Así que no había querido tocar el tema para nada. Tal vez después Doyoung se encargaría de buscar un bello omega para él.

Eso solo lo dirigía al punto de partida. No sabía mucho de Jaehyun y el único momento en el que podía hablar con él era cuando visitaba su casa para hacer el trabajo con Sungchan. Así que después de conocer a Jaehyun esa primera vez, había decidido que las reuniones serían en la casa del alfa. Sungchan era fácil de leer como para darse cuenta que era un tipo relajado que no se cuestionaba mucho las cosas, y cuando no se opuso al repentino cambio de Doyoung sabía que había tenido razón. Si no fuera poco, también se había permitido mentirle a Sungchan sobre que el trabajo duraría más de lo planeado y que se necesitaría más de 2 reuniones cuando la verdad es que no era cierto.

La pequeña mentira no sería en vano. Doyoung había hecho de todo: desde decir cosas en doble sentido, desprender su aroma en plena cena, dejar sus feromonas en el sofá de Jaehyun, cocinarle, ponerse su mandil, susurrarle al oído, tomar su brazo, darle un beso en la mejilla hasta usar su voz de mando como omega dominante para doblegarlo.

Pero Jaehyun parecía no reaccionar. Y luego de esa noche en el que lo llevó de regreso a su casa el alfa no estuvo presente la siguiente vez que regresó. Esa noche luchó para controlar a su omega y que no lo impulsara a subir hasta el cuarto del alfa donde sabía que estaba para verlo. Lloró mucho una vez que logró refugiarse en su cama. Tal vez el alfa genuinamente no estaba interesado en tener pareja y por primera vez Doyoung se había equivocado en sus suposiciones.

Best lover [JAEDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora