tres NO son multitud

Eso es mejor que nada

Draco

Llegó a duras penas a la estación. Casi pensaba en que no se le haría posible el volver a terminar el ciclo. Pero quería hacerlo

Entró corriendo al tren estaba a nada de partir. Venía con su atuendo negro, algo desaliñado, el cabello alborotado, respiración agitada que no podía regular. Jalo todas sus cosas y entro al baño más cercano, cerro con seguro, se fue al lavamanos, se mojó el rostro y bebiendo un poco de agua. Se miró en el espejo que estaba colgando arriba.

El verano de Draco Malfoy, había sido de espantoso, desde que Voldemort murió el maldito brazo con la maldita marca le quemaba y picaba, con nada lo podía calmar. Más aparte esas citas a juicios de su padre, todo estaba en su contra para pasar un buen rato en Azkaban y qué decir del drama que armó su madre al escuchar la larga sentencia que le esperaba al pobre de Lucius. Y las constantes miradas y susurros que le daban todo el mundo a donde quiera que fuera.

Draco tuvo mucha suerte ya que todos lo habían visto como víctima de las decisiones de su padre, más aparte el Trio de oro habían dado testimonio que se rehusó a reconocerlos cuando estaban en su mansión y que no llamó a Voldemort cuando se lo habían ordenado que lo hiciera.

Más que nunca anhelaba un borrón y cuenta nueva. Sin duda daba pie para hacer este año diferente. Para empezar se sentía con el deber moral de besarles los pies a Potter ya que de no ser por el, lo habrían metido en Azkaban sin más tal vez, no tanto tiempo, como al que le dieron su maldito padre, pero sin duda más del año, lo hundiría en esas mugrosas y repugnantes celdas junto con los demás mortifagos y estos mencionados, odiaban a los Malfoy después de todo, Lucios la cago infinidad de veces, Draco era un cobarde en ningún momento pudo hacer una insignificante tarea bien y qué decir de Narcisa que mintió sobre el estado de Potter, pero se aminoro la situacion de ella, ya que no era una de las seguidoras del Señor tenebroso.

Asi que no había duda de que si lo llegaban a encerrar, Draco iba a ser carne fresca para todos los mortifagos, seguidores de Voldemort, que se encontraban tras las rejas, hambrientos de venganza y hacerlos trizas, ya imaginaria el deplorable estado en el que se podría encontrara a su padre, pero se rehusaba, la simple imagen le causaba escalofríos en todo su cuerpo y la piel de "gallina", le daba profundo terror.

Y bueno la razón de que su verano también había sido, liberador es por qué ya no tendría jamás que volver a realizar acciones desagradables, envenenamiento, maldecir con el hechizo (imperio) fuertemente a alguien o el de matar, jamás tendría que obedecer a nadie, ya no habría más reuniones de mortifagos en su mansión.

Retomaría su juego en la posición de "el buscador" en Quidditch, estar leyendo en su sala común de Slytherin, sus clases de defensa contra las artes obscuras con su queridisimo padrino, pero, lo mas importante es que ya es libre de relacionarse con quien se le diera la gana en el castillo...Y en ese momento ninguna otra persona se le podría haber manifestado en su mente mas que Granger...

-Ah Granger..... - dijo en voz baja, mientras se dejaba recargar su espalda en la pared de aquel baño y la cabeza la volteaba para arriba -mmm Granger... - esta vez mencionó el apellido en un suspiro, al terminar de suspirar, mordía su labio inferior y se frotaba levemente su bulto que apenas la mención de dichoso apellido ya lo ponía al tope, acompañada de una exquisita imagen de la castaña. Mas que suficiente para poner su miembro duro y de nuevo la traía a colación mentalmente.

...

RECUERDO

Ahí estaba ella parada, en frente del podio y el todo el publico a su merced, preparada para testificar, se le veía ansiosa y en algunas ocasiones, Hermione volteaba a ver a Draco y le daba una muy leve sonrisa, el chico estaba hipnotizado ante ese gesto que la bruja tenia hacia el, pero claro el trataba de no hacer mucho contacto visual, pero era imposible...mientras Hermione miraba a Draco, se mordía y se chupaba el labio inferior, pero claro de manera inconsciente y no dejaba de sonreír a donde quiera que volteara.