CAPÍTULO 1

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"El miedo es esencial", eso solía decirme mi padre el rey Bestroz. Yo solía pensar que el miedo era algo terrible, algo que simplemente no debía de existir. Detestaba esa emoción, la detestaba tanto que lo único que podía hacer era llorar, y eso me volvía más patético. Pero un día, mi padre Bestroz, me dijo que me aferrara al miedo, yo no lo quise entender en su momentos, hasta ahora.

Mi padre decía que el miedo no te hace débil, solo es una simple señal de alarma que no sólo transmite tu cuerpo si no también tus emociones. El miedo no es patético y detestable, la persona si lo es. El miedo es una emoción, pero quien decide hacer algo con esa emoción es uno mismo. El miedo puede ser un impulso, uno que te ayude armarte de valor aun que cada fibra de tu cuerpo tiemble. El miedo te ayuda a sobrevivir, te hace querer de dejar de sentirte así. El problema de esa emoción, es que no todos la entienden. En lugar de de tomarla y salir adelante, uno se hunde más en ella , al grado de simplemente volverse un cobarde. Al final, todo estaba en la persona. Las emociones son como el aire que no se puede ver, pero si se puede sentir. La diferencia del aire y las emociones, es que las emociones tu las puedes dominar. Muchos suelen decir "Yo soy dueño de mi propio destino. De mi persona. De mi corazón." pero lo dicen sin pensarlo, porque al final no saben el verdadero significado. Si en verdad fueran dueños, no se dejarían vencer por algo... Que no tiene forma.

Han pasado dos meses desde que regrese a Astra como el nuevo rey. Mi pueblo me ha aceptado sin persarlo. Hubo una epoca donde me apartaban, me insultaban y temian debido a mi raza. En ese entonces era Zafir quien me decía que un día ellos me verían como los suyos. Pero yo me deje sobajar , y no creí en las palabras de mi hermano en ese entonces. El miedo era tanto en mí que simplemente acepte el hecho de que ser elfo era lo peor, en lugar de haberme esforzado desde un inicio por demostrar lo contrario. Pero Zafir siempre estuvo ahí, es por ello que no lo dejare morir.

Su centro mágico ha tenido complicaciones a lo largo de estos dos meses aquí. Sufre de pequeños colapsos los cuales también me han afectado a mí. Eh intentado repetir lo que aquella vez hice, cuando logre calmarlo, pero no lo eh logrado. De igual manera no me rendiré.

No eh sabido nada de Azafat y mi padre en este corto tiempo. Tampoco los eh sentido. Me suelo preguntar en donde estarán, o si habrán llegado al sello del eclipse.

Arkun me envia cartas casi diario, pero en ninguna de esas cartas me ha dicho sobre algo que me ayude a llegar al tercer sello. Esto me esta matando, la desesperación, la angustia. Se vuelve ansiedad y el saber que el tiempo no está de lado de Zafir, me consume.

— ¡Majestad!.

Escuche la voz de uno de mis soldados al otro la do de la puerta de mi oficina.

— ¡Adelante! — permití, tomando asiento en mi silla.

— Majestad, hay problemas con nuestra gente.

— Continua.

— Una pequeña parte del pueblo ha sido infectada con magia extraña. ¡Están padeciendo!.

— ¿¡Qué!? — Esto era obra de esos dos. Estaba seguro — ¿Ya le avisaron al comandante Karnas? — me levanté de mi silla, y me puse mi chaqueta de cuero negra que estaba en el respaldo de mi asiento.

— El comandante está en la zona afectada, ha establecido un campo de restricción para que la enfermedad no se propague por el resto del reino.

— Bien. Andando — Mi soldado se hizo a un lado para que yo saliera primero de mi oficina. Él caminó a mi lado una vez fuera de ahí — ¿Qué hay de mi hijo? — pregunté referente a Gosh.

— El joven Gosh también se encuentra en el lugar. Se ha encargado de revisar quienes son los infectados, Majestad — Me explico el soldado.

— Bien.

VALKAL: SELLO DEL ECLIPSE #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora