La vida de Hanae fue complicada, su pasado era algo que quería olvidar, aunque la tarea no iba a ser tan sencilla después de que su mejor amigo, mejor dicho hermano, Monkey D. Luffy, decidiera partir en busca de su sueño y arrastrarla con él sin alt...
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☄️: Voy a matarlo
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Zoro arrugó las cejas mientras se levantaba de la cama, ya había amanecido y seguro que los demás seguían en la cama, todavía estaba herido pero al menos quería salir de la cama un momento.
Se levantó sujetando su costado para salir de la habitación hacía la cubierta, lo que no sabía era que Hanae había planeado calentar un poco desde temprano, este se quedó viendo en silencio como ella se levantaba estirando su cuerpo.
Hanae se giró al sentir una mirada sobre ella viendo a Zoro, este solo sonrió al verla, soltó un suspiro levantándose sacudiendo sus pantalones.
—No deberías estar aquí— murmuró pasando por su lado en dirección a la habitación sabiendo que la seguiría.
—Es aburrido pasar todo el día en una cama— respondió sentandose en la cama.
—Pues tienes suerte, hoy partimos y Luffy dijo que puedes quedarte arriba— dijo abriendo el guardarropas buscando una camisa— pero debes cambiarte, ponte esto.
—Eso será difícil— murmuró intentando quitarse la camisa que llevaba puesta haciendo una mueca de dolor.
Hanae solo se acercó para ayudarlo bajando la camisa con cuidado de no lastimar su herida, se extendió tomando la camisa nueva y lo ayudo para ponérsela, Zoro se movía un poco para ayudar pero estaba más concentrado en la cercanía que tenían, no creyó que se podría ver más hermosa de lo que ya era.
—Listo— ella dijo para intentar alejarse pero Zoro la detuvo sujetando su antebrazo con suavidad.
—¿Duele?— pregunto con voz baja mirándola.
—¿De que hablas?— Hanae trato de alejarse pero Zoro solo la acercó más.
—Luffy me contó lo que hizo ese hombre pez— respondió, entonces recordó la pelea que había tenido con Arlong y todos los golpes que había recibido por proteger a su hermano.
—No importa, me han golpeado muy seguido pero aun así nunca me hieren de gravedad.
—Eso es lo extraño— él la miro analizando sus fracciones, trataba de encontrar una razón que respondiera sus dudas sobre ella.
