To the moon and back, remember?
Choi Yeonjun, un adolescente que lleva una vida rutinaria desde ya hace tiempo. Todo en el era normal y sentía que no destacaba en nada, sus mismos maestros se lo decían. Eso era lo que él creía, hasta que comenzará a...
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— ¿Yeonjun? — esta vez dijo su nombre.
El menor asintió bajando su mirada, ¡si había logrado ver a Soobin después de todo!
Podría jurar en ese momento qué era el más afortunado de todo el mundo.
— ¿Se conocen? — tanto Arin como el otro chico preguntaron al mismo tiempo. El chico se acercó a tomar la caja que Soobin llevaba en manos, puesto que no había avanzado.
Soobin aún un tanto perdido en el rostro de menor asintió, frotó sus manos en el pantalón para después darse cuenta que ya no tenía la casa en manos, ¿en qué momento?
— Soobin — lo llamó Arin — , ¿conoces a Yeonjun?
— ¿Eh? — parpadeo varias veces — . ¡Oh! Eh, si, am, nos hemos encontrado un par de veces...solo es eso.
— Yo siento que lo he visto en algún otro lado — el otro chico se acercó al menor, analizando su rostro.
Soobin al ver lo cerca que su amigo Sanha estaba, colocó un brazo entre el cuerpo de su amigo y el de Yeonjun, no quería que Sanha estuviera tan pegado al menor.
— ¿De casualidad, has ido a un arcade cerca de aquí? — preguntó.
— Em...si — respondió tímido.
— Sanha — Soobin intentó detenerlo.
— Entonces...¡tu fuiste quien le ganó a Soobin ese día! — señaló a Yeonjun con emoción.
Sin saber bien qué decir Yeonjun solo asintió pegando su cuerpo a la puerta qué ya se encontraba cerrada.
— Es cierto — Arin apoyó a su amigo — , jugaste increíble Yeonjun, no dejaste que Soobin te ganará en ninguna ronda — comenzó a reírse.
— Después de eso Soobin estaba perdido — dijo Sanha con burla — , no se podía concentrar en ningún otro juego.
Soobin rodó los ojos.
— ¿Sabes por qué? — Arin dirigió su mirada a Yeonjun.
— ¿Po-por qué?
— Fue la primera vez que perdió...
— ¡Y contra alguien menor que él! — Sanha aseguró al ver el uniforme del chico.
Yeonjun miró de reojo a Soobin, este se veía cohibido o apenada ante lo que sus amigos le estaban diciendo.
— Aun así... — mordió su labio — creo que jugó muy bien, bueno...fue un gran contrincante, es lo que quiero decir.
Soobin sonrió por lo bajo, pero su amigo se encargó de que su sonrisa se volviera amarga.
