To the moon and back, remember?
Choi Yeonjun, un adolescente que lleva una vida rutinaria desde ya hace tiempo. Todo en el era normal y sentía que no destacaba en nada, sus mismos maestros se lo decían. Eso era lo que él creía, hasta que comenzará a...
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— Es una hermosa mañana — Yeonjun no pudo evitar despertar esa mañana tan feliz y animado — . Será un muy buen día — aunque en realidad el clima estaba algo nublado.
Sabía que su noche no había sido tan agradable del todo, puesto que lo habían intentado matar a pesar de ser tan joven. Aquello en realidad lo había atemorizado mucho, pero jamás se llegó a imaginar que aquel chico enmascarado iba a aparecer a su rescate y mucho menos que después ambos terminaran solos, sin que nadie más los viera, para que al final los dos se dieran un beso.
— Nos besamos... — no podía ocultar su felicidad ante recordar el roce de sus labios con los contrarios. Tanta era su emoción que había rodado en su cama sin parar en toda la noche.
Tampoco había dejado de tocar sus labios, porque una vez que estuvo en su habitación y se recostó en ella, seguía sintiendo esa bella e inigualable calidez en todo su cuerpo.
Caminó hasta su baño, para mirarse al espejo. Afortunadamente no había marcas en su cuello, lo único que seguía presente era la herida en su rostro, donde aquella daga lo había cortado.
Tiró la curita que le había colocado la noche anterior para ponerse otra más, esperaba que sanará rápido.
Arregló rápido su cabello y se colocó su uniforme, para finalmente ir por su mochila. La tomó con tanta prisa que terminó tirando aquel suéter que le habían regalado.
Soobin...
Su mente había estado tan enfocada en aquel enmascarado que por un momento se había olvidado de su mayor. Sin saber el motivo su mente comenzó a tener una batalla, respecto al enmascarado y a Soobin.
Rápidamente sus mejillas se sonrojaron, ¿acaso podían gustarle dos personas al mismo tiempo?
¿Podría ser cierto aquello?
— Es demasiado vergonzoso — negó varias veces y acomodó el suéter en donde iba.
Bajó con prisa las escaleras para abrir la puerta de su hogar, ahí, nuevamente delante de él estaban sus amigos.
— ¡Chicos! — sus ojos se cristalizaron de inmediato y los abrazó con fuerza y amor.
— ¡Junnie! — los ojos de los tres chicos también se habían cristalizado.
Su abrazó duró más tiempo, y limpiaron las lágrimas que habían formado parte del abrazo.
— Perdónanos Jun — Kai fue el primero en separarse — , por nuestra culpa Minhyun te lastimó...no supimos cuidarte — aquello lo había hecho sentir terrible toda la noche. Una abrumadora sensación había cubierto su cuerpo.
Y Kai no había sido el único, porque Beomgyu y Tae habían sentido lo mismo, una sensación de decepción los había hecho sentir igual. No deseaban volver a ver a su lindo Yeonjun en una escena así.
